Gabriela Etchegaray: la arquitecta que vincula la filosofía con la construcción
La percepción de la arquitectura que tiene Gabriela Etchegaray involucra diferentes factores y disciplinas. “No es sinónimo de ‘construcción’, sino que está estrechamente vinculada con la filosofía y la sociología e implica entender la estructura y el comportamiento social para llegar más allá de lo estético y lo funcional”, señala la socia del despacho Ambrosi + Etchegaray, creado en 2011. Antes de fundar su propia firma, compaginó sus estudios con colaboraciones en proyectos con Michel Rojkind e Isaac Broid y, una vez egresada, trabajó durante dos en Taller de Arquitectura, de Mauricio Rocha.
En el día a día, se encarga principalmente de la parte conceptual, de definir el anteproyecto y formular preguntas, ideas y conceptos. La mancuerna con Jorge Ambrosi, con un liderazgo compartido, ha derivado en diversos reconocimientos, como los dos otorgados por la X Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (BIAU), que se celebró en São Paulo, Brasil, el año pasado.
A principios de 2017, la revista online Architizer, con sede en Nueva York, la incluyó en un artículo sobre las mujeres que están cambiando esta disciplina. Aunque ella señala que son muchas las generaciones de mujeres que la han ejercido con pasión y compromiso, reconoce que no siempre las circunstancias son favorecedoras. “Detrás de oficinas donde la figura principal es un hombre, hay una socia, una mano derecha mujer que no está en primer plano. Lo importante es hacer equipo, reconocer a las figuras que están operando más allá del género”, explica.
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Sobre las contradicciones en el rol de la mujer en la arquitectura mexicana habló en el portafolio que presentó en la convocatoria de la revista británica The Architectural Review en 2016, donde ganó el premio Moira Gemmill de Arquitectura Emergente, que destacó el proyecto Palenque de Mezcales Milagrito (2013), construido en Matatlán, Oaxaca.
“Es un caso que se resolvió mucho más allá de lo que se ve proyectado, hubo conceptos e investigación previa que requirió la comprensión y el involucramiento de otros factores, y eso me apasiona”, dice Etchegaray. Resultó un gran aprendizaje realizado, además, con pocos recursos. “Nos enseñó a ser menos aprensivos con las ideas preconcebidas que tenemos como arquitectos y con la estética con la que nos sentimos más cómodos”.
Isaac Broid, su profesor en la Ibero, la valora como una profesional estudiosa no sólo de la teoría e historia de la arquitectura, sino de los contextos políticos, sociales y económicos, lo que, a su parecer, desvela su pasión por lo que hace, en un terreno que hay que abordar con entrega y conocimiento. El pabellón para la Feria de las Culturas Amigas (2016) se ganó su completo reconocimiento, al igual que el del jurado que lo eligió por unanimidad ganador del concurso público para esta instalación efímera en el Zócalo de la capital del país.
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Con la idea de que cada proyecto suma experiencia nueva, así como nuevos conceptos y aproximaciones, Etchegaray está estudiando la maestría en Curaduría y Crítica en Arquitectura en la Universidad de Columbia, en Nueva York. “Quiero abrirme a otros campos y disciplinas para volver a voltear hacia lo que me apasiona desde otro punto de vista, enriquecer el trabajo y ayudar a ofrecer otras respuestas y caminos, para entender al final qué es la arquitectura”, concluye.
Edad: 32 años.
Estudios: Arquitectura y Urbanismo en la Universidad Iberoamericana, máster en Gestión Creativa y Transformación de la Ciudad en la Politécnica de Cataluña.
Vive en: Ciudad de México y Nueva York.
Sector: Arquitectura.