¿Quieres poner un negocio tradicional? Intenta con un salón de belleza
Si alguna vez mientras te tiñes el cabello o te arreglas la barba has pensado que sería buena idea multiplicar tu dinero al poner un salón de belleza, quizá no sea una mala idea. La inversión para abrirlo, calculan expertos, puede ir desde 500,000 a un millón de pesos y puedes llegar a ver un retorno en solo cuatro meses. Claro, según tu esfuerzo y ambición.
Y si al final te resulta y buscas crecer y expandirte, estarías contribuyendo a cambiar una industria que en México tiene bajos estándares de calidad y maneja estereotipos equivocados, ya que de los 160,000 salones de belleza que existen en el país, según el Inegi, 90% son micronegocios.
“Solo 10% son empresas bien establecidas. El resto son familias que inician en este negocio para sustentarse únicamente, por lo que sus métodos de calidad y protocolo no son los mejores y, a su vez, son informales”, considera Jorge Chávez, un inversionista ángel del sector que ha apostado por negocios de alta gama como la marca Silvia Galván.
Y no es que este universo de salones informales le haga daño al industria, aclara Chávez. El problema radica en que a lo largo de los años se ha malinterpretado el concepto de negocio de belleza por verlo precisamente como algo en el que la gente se conforma con ganar de 20 a 30,000 pesos al mes y, además, emplea a los mismos miembros de la familia o amigos más cercanos.
Esto, cuando en otros países es hasta elitista, agrega el experto. Los estilistas, por su parte, son vistos como ‘rockstars’, que pueden llegar a ganar más de 1,200 dólares al mes o lo mismo que alguien que estudió leyes o administración, indica la gerente regional comercial de Manpower Group, Dania Nuñez.
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La profesionalización, el arma secreta
Si te animas a poner un salón de belleza que vaya más allá de solo generar unos cuantos pesos al mes, la inversión en la imagen de tu marca, lugar, maquinaria y utilería no te rendirá frutos si no cuentas con la verdadera mina de oro del negocio: el capital humano.
Este recurso será el único capaz de llevarte a generar una cartera solvente de clientes y de ingresos. Sin embargo, el reto está en la profesionalización de la gente, ya que la mayoría no cuenta con el expertise suficiente para ofrecer servicios y experiencias de calidad para hacer que tu salón destaque del resto.
La encuesta de Escasez de Talento que realiza Manpower de manera trimestral indica cuáles son los puestos en México que los empleadores tienen mayor dificultad de cubrir. Los oficios, en los que se incluye la labor que desempeñan personas que se emplean en un spa o estéticas, encabezan la lista.
Chávez coincide, ya que en el caso de los salones Silvia Galván, la emprendedora cuyo nombre lleva la marca, no ha podido expandirse como quisiera después de 30 años de existir en el mercado mexicano. “Hemos logrado trascender con seis salones, pero la cuestión del talento ha impedido un crecimiento a mayor velocidad”, explica.
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El secreto entonces debe estar en la profesionalización de este mismo capital humano a través de academias especializadas que se dedican a educar a los trabajadores en las técnicas de corte, color, manicure y otros servicios para evitar la rotación e incrementar la calidad a través de sus manos.
Es el caso de Rizos Academy, la empresa española que con más de 8,000 profesionales capacitados en 11 años llegó a México en abril para sumar a la misión de otras seis escuelas, como Black Academy, de profesionalizar a los talentos de la industria.
El gobierno mexicano también ha hecho su parte para hacer crecer al sector en el ámbito formal través del Consejo Nacional de Normalización y Certificación de Competencias Laborales (CONOCER), que desde 2011 realiza esfuerzos conjuntos con la Cámara Mexicana de la Industria del Embellecimiento Físico, (Camief) para promover más y mejores talentos a través de certificaciones.
Hoy esta instancia otorga certificaciones oficiales avalas por la SEP en Prestación de servicios de corte de cabello, coloración y uñas postizas. “Con esto hacemos que exista un piso mínimo de lo que la persona debe de saber, pero sobre todo que sepa saber hacer. Pronto esperamos que sean más”, promete Horacio Rodríguez, director de promoción y desarrollo de los sectores productivos de CONOCER.