El emprendedor que resurgió para crear su competencia
En 2008, Héctor Pinto Harrsch decidió que era el momento de dejar su puesto de gerente de Finanzas para Mercadotecnia de Unilever, una posición que ocupó durante cuatro años. Acababa de ver An Inconvenient Truth, uno de los primeros documentales que muestran las consecuencias del calentamiento global, y de leer un estudio del Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) que indicaba que, desde antes de nacer, los bebés están expuestos a sustancias químicas producidas por el uso de cosméticos, plásticos, productos de limpieza o perfumes.
Estos dos factores lo motivaron a fundar su primera empresa. Con 15 años de experiencia en compañías de consumo, optó por enfocarse en los sectores de alimentación y limpieza, pero con un elemento diferenciador, al centrarse en la salud y la sustentabilidad.
Así fundó su primera empresa, Biorganimex, dedicada a comercializar productos orgánicos y artículos ecológicos de limpieza. Logró abrirse paso y llamar la atención de cadenas de supermercados, como Chedraui y La Comer. Sin embargo, la entrada en la compañía de un fondo de capital privado, con el que no compartía la visión para su organización, le hizo tomar la decisión de vender sus acciones.
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“Fue muy difícil construir una empresa en seis años y perderla en seis meses, pero eso me dio la experiencia para que, en la mitad de tiempo, pudiera construir mi segunda organización”, señala el emprendedor. En noviembre de 2014, y con este aprendizaje, fundó The Respect Company, dedicada al desarrollo, fabricación y comercialización de productos no tóxicos y biodegradables de limpieza para el hogar y para mascotas.
Hoy, los productos de Respet (Republic of Pets) y The Respect Co., las marcas que maneja la compañía, se encuentran en Walmart, Superama, Bodega Aurrera, Sam’s Club, Soriana, Amazon y en los establecimientos de otros emprendedores, como Petsy. Además, pueden comprarse a través del sitio web de la compañía, que tiene su planta de producción en Tultitlán, en el Estado de México.
En 2016, la empresa facturó 3.1 millones de pesos y cerró el año con 800 puntos de venta en todo el país. Este año, los números se dispararon. Logró cerrar con 1,500 puntos de venta y una facturación de 15 millones de pesos. “Estamos conscientes de que entramos a uno de los mercados más competitivos a nivel mundial, pero somos una empresa chica, rápida y proactiva; la primera que propone (en México) un producto saludable, integral para la salud del planeta y los animales”, asegura el fundador.
El tipo de consumidor al que se dirige la marca, que toma decisiones de compra más informadas, le ha beneficiado en el crecimiento, explica Pinto. Según el estudio ‘El consumidor verde’, realizado por Kantar TNS y Las páginas verdes, 28% de los consumidores mexicanos señalan que su decisión de compra está muy influida por los beneficios ambientales que transmite una marca. Y la mayoría, 60%, adquiere este tipo de productos en el supermercado. Además, nueve de cada 10 pertenecen al segmento económico AB.
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Aunque no hay datos para el segmento ecológico, el valor del mercado en México del segmento de productos de limpieza es de alrededor de 65,000 millones de pesos, según la Cámara y Asociación de la Industria del Cuidado Personal y del Hogar (Canipec).
Jimena Labbe, Health Community & Alumni Society Leader de Endeavor, explica que el gran reto para los emprendedores en este segmento es educar a sus consumidores. “Están remando contracorriente en (un sector en) el que hay monopolios, pero su misión va más allá: rompen el statu quo, los paradigmas y, al mismo tiempo que educan a la población, van creando un mercado”, señala.
Rodrigo Villar, managing partner de New Ventures, el fondo que invirtió en Biorganimex, considera que el sector tiene potencial en México. “Los emprendedores deben darle la vuelta y verlo como una oportunidad. Hemos visto que muchos fondos de inversión ya están atendiendo este tipo de emprendimientos, que son rentables, solucionan problemáticas y aportan a la sociedad”, asegura.
El trabajo de The Respect Company:
1. El modelo. La empresa desarrolla productos con materias primas no tóxicas que han ido haciéndose un hueco en las principales cadenas de supermercados del país.
2. La inversión. Para esta nueva aventura, Pinto sumó a Octavio Rincón Sarrag, quien le apoyó con la inversión inicial, de 2 millones de pesos, y a quien le une una amistad desde la infancia.
3. El reto de educar al consumidor. Es uno de los principales desafíos que enfrentan las empresas de productos sustentables, aunque cada vez hay mayor conciencia sobre el tema. Según un estudio de Kantar TNS, nueve de cada 10 mexicanos dicen estar preocupados por el medioambiente, un cifra 25% mayor que en 2015.
NOTA DEL EDITOR: Esta entrevista se publicó originalmente en la edición 1225 de la revista Expansión del 15 de diciembre de 2017.