Gabriel Montoya abrió los ojos a un nuevo mundo hace 10 años. Después de conocer a Andrés Moreno, fundador de la plataforma educativa Open English, su vida profesional dio un giro de 180 grados.
“En esa época, Andrés estaba en busca de financiamiento para su proyecto. Yo decidí apoyarlo, no solo económicamente, sino también en el día a día, y me convertí en el director de desarrollo de negocios de la empresa”, menciona Montoya.
Cuatro años después, en 2014, ambos fundaron una plataforma que ofrece capacitación online: NextU. Esta fue la primera vez que Gabriel Montoya se involucró en el mundo del emprendimiento. “Me tocó vivir todo el proceso de primera mano, me impresionó mucho”, recuerda.
Ver de cerca ese crecimiento empresarial le sirvió de incentivo para redirigir su carrera profesional, dejar su puesto como CEO de NextU —después de vender la compañía— y emprender en el mundo de las inversiones con Dvdendo.
Gabriel Montoya se dio cuenta de que en Estados Unidos, el país en el que radica, había diferentes modelos de negocio que permitían a las personas invertir en el mercado de valores. Sin embargo, todos atendían a la población local, dejando de lado a los extranjeros dispuestos a meter su dinero en la nación norteamericana.
Así, a mediados de 2016, Montoya fundó Dvdendo. La idea era ofrecer la oportunidad a los ciudadanos de América Latina de invertir en Estados Unidos. “Esto tiene dos grandes ventajas. La primera es que la persona está invirtiendo en uno de los mercados más estables de la región, con la seguridad de que sus cuentas están protegidas por el gobierno federal. La segunda es que lo hace en dólares, moneda que le va a otorgar mayores ganancias que la divisa de su país”, explica el empresario.
Además, se trata de una solución digital, añade. Ricardo Elizondo, socio fundador del fondo de inversión Ideas & Capital —que ha financiado el proyecto un par de veces— destaca que el valor de Dvdendo está en aprovechar las herramientas tecnológicas para abrir un mundo de posibilidades a los hispanos que radican fuera de Estados Unidos y, lo más importante, que no tienen tan fácilmente acceso al mercado de valores norteamericano.
Para poder abrir una cuenta de inversión en Dvdendo, basta con descargar la aplicación y proporcionar datos personales como nombre, teléfono y dirección. Posteriormente, el interesado debe responder un cuestionario de cinco preguntas, que permite a la empresa determinar el perfil del inversionista. “Con esta información podemos ofrecerle una recomendación sobre qué portafolio elegir y en qué acciones le conviene invertir”, explica Montoya.
Es necesario que el usuario se identifique con su pasaporte para que el sistema le permita descargar una firma digital. Esto sirve para verificar la autenticidad de la persona. Una vez que los datos se comprueban, entonces se abre la cuenta del inversionista y éste puede empezar a mover su dinero.
Actualmente, Dvdendo tiene registrados más de 160,000 usuarios, de los cuales más de 50,000 están activos (el resto abrió su cuenta, pero todavía no realiza ninguna transacción). La inversión mínima es de 200 dólares y el promedio de dinero destinado es de 700 dólares.
Por cada cuenta menor a 3,000 dólares, la empresa liderada por Gabriel Montoya cobra dos dólares mensuales. “Una cuenta de ahorro en Estados Unidos te cobra entre 8 y 10 dólares”, dice el empresario.
En las cuentas menores o igual a 10,000 dólares, el cobro al mes es de 0.8%. Si supera este monto, entonces la retención que hace Dvdendo es de 0.7%. Además de eso, cobran cinco dólares por apertura de cuenta.
Gabriel Montoya dejó el mundo corporativo para emprender. No lo hizo solo. Uno de sus colegas lo acompañó en la aventura. Sin embargo, solo estuvo en la compañía unos pocos meses. “Cuando eres joven es más sencillo emprender. Pero entre más grande seas, más responsabilidades tienes. Por eso no siempre es factible este camino”, indica.
A pesar de los obstáculos, Montoya resistió. El graduado en ingeniería en sistemas, y con estudios de MBA, decidió arriesgarse y continuar con su crecimiento como emprendedor. “Gabriel tiene las habilidades y cualidades que necesita cualquier persona dispuesta a iniciar su propia empresa. Es excelente para definir nichos de mercado, segmentos poblacionales y generar estrategias que permitan llegarle a los usuarios potenciales para crear tracción”, asegura Ricardo Elizondo.
En los cuatro años de funcionamiento de Dvdendo, la plataforma ha cerrado tres rondas de financiamiento. En la primera, que fue la que permitió el arranque del proyecto, consiguió 300,000 dólares con amigos y familiares. La segunda la lideró el fondo Ideas & Capital; y la tercera, en la que también participó esta compañía, con un compromiso de crédito puente convertible, se unieron los fondos Dila Capital y un family office mexicano.
Justo ahora, cuenta Montoya, está en proceso de levantar una cuarta ronda de capital. El empresario planea emplear el dinero para atacar y fortalecer su presencia en el mercado de América Latina. “Es un proceso largo, pero vale la pena esperar para encontrar inversionistas estratégicos”, asevera.
