Fueron nueve meses intensos. Patricio Bichara volvió de su MBA en Harvard, en julio de 2015, con un proyecto: traer a Latinoamérica educación de la calidad que acababa de recibir, pero a un costo asequible.
La idea cambió varias veces antes de materializarse: de un centro de vida y carrera digital para alumnos del último año de la universidad a una licenciatura que se topó con que no podía ser validada por la SEP por no tener, por ejemplo, un campus. Bichara quería contar con mentores del mundo del emprendimiento o del venture capital e impartir las clases en coworkings y corporativos. Volvió al pizarrón con una idea final: una maestría en negocios y tecnología.