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Vitro ya no es de cristal

La compañía vendió su negocio de envases de alimentos y bebidas en 2015. Ahora es más pequeña pero más fuerte.
dom 04 septiembre 2016 06:03 AM
Toma fuerza
Toma fuerza La firma regiomontana se recupera gracias a la industria automotriz y a la construcción. (Foto: Foto: Carla Haselbarth)

En un duro proceso de reestructuración en los últimos años por su elevada deuda, tortuosos juicios en Estados Unidos, despidos y venta de activos, Vitro estuvo cerca de romperse por completo.

Ahora, con las decisiones que tomó en 2015, el fabricante de vidrio ha salido fortalecido e incluso tiene planes de expansión, sobre todo en la industria automotriz.

Para ello, tuvo que deshacerse del negocio con el que nació y creció: el de envases para bebidas y alimentos.

“No obstante que la desinversión del negocio de envases para bebidas y alimentos provocó cierta nostalgia, ya que es el origen de la compañía, estamos seguros que fue la decisión correcta”, dijo Adrián Sada González, presidente del Consejo de Administración, en el mensaje del informe anual de resultados financieros 2015.

El 1 de septiembre de ese año, Vitro completó la venta de su negocio de envases, equivalente a más de 50% de sus ventas, al grupo estadounidense Owens-Illinois, por 2,150 millones de dólares (mdd). La operación incluyó cinco plantas de envases en México, una en Bolivia y la distribución de los productos en Estados Unidos.

La empresa tenía una deuda por 1,221 mdd, pero con las ventas de activos saldó sus pendientes, como los 200 mdd que le debía al fondo de inversión Fintech, quien poseía bonos de la firma, dice Juan Rich, analista senior de Banco Interacciones. Además, con una parte del dinero obtenido por la venta del negocio de envases pagó sus bonos que vencían en 2018, junto con los intereses, de forma anticipada.

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Gracias a eso, al comienzo del año 2016 su deuda es prácticamente cero.

Para los analistas especializados, Vitro ya no está en riesgo de romperse.

“Después de estos procesos, la empresa queda en una posición mucho más sólida, tanto en operación como financieramente”, dice Lilian Ochoa, analista de Grupo Bursátil Mexicano (GBM).

Pese a la reestructura, la familia Sada mantuvo el control de la empresa: Adrián Sada González es el presidente, y su hijo Adrián Sada Cueva, el director general desde 2013. Su gestión puso el foco en incrementar la rentabilidad de sus negocios, adelgazar la fuerza laboral y la estructura de costos fijos en todas sus divisiones y recuperar su participación de mercado, sobre todo con armadoras en Estados Unidos.

Como resultado, Vitro comienza a tener ganancias. Aunque sus ingresos cayeron más de 37% en 2015, al haber vendido uno de los negocios que más ventas le generaba, la compañía reforzó su situación financiera y su rentabilidad. Por ello, el año pasado reportó una utilidad neta de 1,445 mdd, cuando en 2014 sólo fue de 3 mdd.

En el horno

La empresa, que no dio entrevista para este reportaje, también comenzó a invertir para crecer y lograr nuevos contratos. En 2015, por ejemplo, su negocio automotriz concretó convenios para surtir los vehículos de 2018 a 2020 por 110 mdd, señala su reporte del primer trimestre de 2016. Vitro es proveedor de las armadoras Honda, Chrysler, Toyota, General Motors y Nissan, entre otras.

Con una inversión de 85 mdd, la compañía construye un horno para fabricar vidrio flotado, que espera que comience a operar en 2017. Con éste serían cuatro hornos de ese tipo en el país para tener mayor volumen. Además, Vitro anunció que desarrollará un nuevo horno para parabrisas y dos hornos de templado destinados al mercado de repuestos, con una inversión estimada de 20 mdd, pues planea fabricar 550,000 parabrisas más al año y 650,000 piezas de vidrio templado.

A pesar de esta recuperación y estos proyectos, el analista de Banco Interacciones, Juan Rich, dice que este año no espera que Vitro alcance las mismas ventas que en 2015: los números del año pasado –explica– todavía reflejaban en parte los ingresos del negocio de envases de alimentos y bebidas, que era la mayor división de la compañía.

“Sin embargo, en una base comparable, si nosotros elimináramos los envases para alimentos y bebidas, sí esperaríamos un crecimiento de doble dígito para las ventas en 2016”, señala Rich.

Para Ochoa, de GBM, hay dos retos importantes: hacer crecer el negocio de moldes y maquinaria, y que, en caso de que la empresa realice alguna adquisición, “tome una decisión asertiva a valuaciones atractivas, para que siga con su tendencia de generar valor”.

La conclusión de los analistas es unánime: la compañía, aunque más pequeña que antes, vuelve a mirar hacia arriba.

Este reportaje se publicó originalmente en la edición de 'Las 500' de Expansión, que salió a la venta el 15 de junio.
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