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¿Por qué las grandes gasolineras vienen al país pese a los robos de combustible?

Las grandes firmas internacionales y nacionales presentan sus planes para entrar a un mercado aquejado por el crimen y la falta de infraestructura, pero que aún ofrece un gran potencial de negocio.
lun 22 mayo 2017 09:24 AM
Pioneros.
Voraces. México es uno de los mayores consumidores de gasolinas en el mundo, y uno de los mayores importadores de combustibles.

Las gigantes petroleras como Exxon Mobile, Shell y BP anuncian su entrada al mercado mexicano de las gasolineras, a pesar de la vulnerabilidad de la infraestructura de Pemex a los robos y de las ventas ilícitas de combustible en varios estados del país.

Pero estos problemas no parecen preocuparles, y eso que son factores que les pueden restar mercado.

Las compañías aseguran que el gobierno está actuando para detener los robos y las ventas ilegales, y afirman que eso les genera confianza para desembarcar en el país.

Sin embargo, existen otras razones más inmediatas y concretas para entender por qué estos asuntos no inhiben sus inversiones.

El ‘gasolinazo’ pone el piso parejo

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El fuerte incremento de los precios de la gasolina a inicios de año tiene un efecto positivo en las decisiones de inversión privada en este sector.

El aumento de entre el 15% y 20% en los precios, así como la diferenciación entre zonas del país, refleja de mejor forma los verdaderos costos en que incurre Pemex para transportar, almacenar y distribuir el combustible.

“Como país, eso también nos beneficia, es decir que los precios que se reflejan hacia los consumidores sean los reales, y no que estén como antes, que tenían un precio fijo que daba ciertas distorsiones”, dice Rolando Velázquez, director de Oxxo Gas.

Las gasolineras por ahora ganan incluso menos que antes del llamado 'gasolinazo', pues aseguran que su margen de utilidad se redujo. Pero con esta subida, y con la subsecuente liberación de los precios a lo largo del país, tendrán una mejor referencia sobre los costos de llevar la gasolina a un lugar, y podrán buscar eficiencias en toda la cadena de suministro para competir por precios o servicios.

El costo del robo se reparte

Todos los empresarios del sector contestan que les preocupa el robo de combustible en el país, pero que no es un factor que vaya a detenerlos.

“Es un tema que nos preocupa y lo estamos viendo con mucha atención, pero puedo decir que es una problemática que hemos enfrentado en otros países, y se puede solucionar”, dice Andrés Cavallari, director en México de Shell Downstream, que opera en más de 70 países con cerca de 43,000 estaciones de servicio.

Además, no son los únicos afectados por los robos. Parte del costo por vigilar y reparar un ducto se distribuye entre los participantes de la cadena, y con el ‘gasolinazo’ de este año, más la liberación posterior de los precios, este costo se podrá trasladar hasta el usuario final.

“Parte del costo se lo puedes pasar al cliente en cierto punto, y él decide si lo quiere. Hay muchos costos que tú puedes pasar a la operación, y también existen costos privados y federales”, explica Iván Sandrea, director general de Sierra Oil & Gas. Esta empresa tiene un proyecto para construir un ducto desde Veracruz hasta el centro del país, y que competirá de manera directa con uno que tiene Pemex en esa misma ruta. Sandrea espera ofrecer mejores condiciones de vigilancia y contractuales que la petrolera nacional, pero al final también trasladará estos costos a quienes quieran usar su infraestructura.

Hay de zonas a zonas

Las más de 8,600 tomas clandestinas que hubo en 2016 se concentran más en unos tramos que en otros.

Por ello, otra decisión que pueden tomar las compañías es enfocarse en las zonas más seguras o en aquellas donde la demanda resulta tan grande que compensa las pérdidas por los robos.

“Debemos evaluar el riesgo de seguridad logística. Hay algunos estados y municipios como Reynosa donde el riesgo físico es más alto que operar en Monterrey o el Valle de México. Esto lo vamos a hacer también regionalizado”, dice Luz María Gutiérrez, directora general de Petro7.

Una de las áreas más atractivas es la zona conurbada del Valle de México, donde grupos como Oxxo Gas y Petro7 han puesto su mira para expandirse, y donde la alianza G500 quiere fortalecerse para combatir el avance de las tiendas de conveniencia, destaca Antonio Caballero, presidente de G500.

El apetito es voraz

Ni la violencia, ni la falta de infraestructura, ni la obsolescencia de las refinerías frenan las ventas de gasolina. El país consumió 1.2 millones de barriles diarios de gasolina en 2016, la cifra más alta en lo que va del siglo XXI, y seguramente de la historia del país.

El ‘gasolinazo’ de principios de 2017 frenó algo este impulso, pero las proyecciones apuntan a que el consumo seguirá creciendo hasta 2030.

“México es uno de mayores consumidores de gasolinas en el mundo, y uno de los mayores importadores de combustibles”, apunta Cavallari, de Shell.

Es algo que tienen claro todas las empresas, lo que en definitiva explica su interés por entrar a este mercado.

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