La planta de termovalorización en la CDMX levanta polémica
La Ciudad de México sufre un problema de basura, se generan unas 12,000 toneladas al día y el sistema de disposición final no se da abasto. Hace unas semanas se dio a conocer una solución del gobierno capitalino junto con la empresa francesa Veolia: una planta de termovalorización, para incinerar los residuos sólidos y líquidos.
La idea de la planta es que recibirá la basura y a través de hornos usará los gases para generar energía eléctrica, pero grupos ambientalistas critican esta medida y se oponen a su construcción.
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Fronteras Comunes es uno de ellos. Marisa Jacott, directora de la asociación, dijo que la planta de termovalorización es una instalación donde habrá incineración de basura, incluidos los residuos inorgánicos no reciclables, como unicel y bolsas de plástico, que emiten gases contaminantes al ambiente.
La basura no tiene mucho valor energético, por lo que los hornos tienen que alimentarse masivamente y se incinerarán residuos que no tienen porque quemarse, porque son tóxicos. “No es lo mismo una planta que se opera en Europa que una planta aquí, donde no separamos la basura y se van muchas cosas que no deberían ir”, dijo Jacott.
Las acusación de Fronteras Comunes son relativamente ciertas si no se toman en cuenta las medidas para evitar que en las emisiones haya compuestos tóxicos, señaló el doctor Luis Raúl Tovar del Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo del Instituto Politécnico Nacional.
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El experto indicó que el proceso de Veolia se aplica a una temperatura de combustión por encima de los 850°C por más de 2 segundos, lo que inhibe la formación de dioxinas y furanos, compuestos químicos que se producen a partir de procesos de combustión y que son tóxicos.
Otro ambientalista, Carlos Álvarez, presidente de la asociación México, Comunicación y Ambiente discrepa con Fronteras Comunes.
Él junto con otros ambientalistas fueron invitados a conocer las plantas de termovalorización que se encuentran en Inglaterra y Francia, y aseguró que “todas las sustancias químicas pueden ser manejadas adecuadamente. En esta planta se tratan los gases y las cenizas que se generan se disponen en un relleno especial. Estas plantas no generan ningún impacto al ambiente”, comentó Álvarez.
La planta contará con un sistema automatizado para monitorear todas las emisiones en tiempo real y también habrá una estación de monitoreo en la propia agencia de gestión urbana de la Ciudad de México para que vigilen las emisiones, dijo Federico Casares, director de Desarrollo de Negocios de Veolia México.
Aseguró que la planta de la Ciudad de México no solo va a cumplir con la norma mexicana en el tema ambiental, sino también con la normatividad europea, que es más estricta.
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Incinerar o termovalorizar, ¿cuál es la diferencia?
La diferencia entre incineración y termovalorización se resume en cuatro aspectos, según los expertos.
La primera es la forma en que se alimentan los hornos. En la incineración se hace de manera discontinua en los hornos de termovalorización es continua, controlada y gradual.
La segunda tiene que ver con la combustión, en los incineradores ésta es incompleta y de ahí que se generen gases contaminantes. En una de las plantas de termovalorización la combustión es controlada automáticamente para asegurar la combustión completa.
"Lo que el ganador de la licitación ofrece es alimentación continua de los residuos sólidos urbanos, su combustión controlada, recuperación de energía y que las emisiones cumplan con normas europeas, así como el tratamiento de las cenizas posiblemente trasladadas a un confinamiento de residuos peligrosos.", dijo Luis Raúl Tovar, del Instituto Politécnico Nacional.
La otra diferencia es que los gases que se emiten de la combustión pasan por un sistema de tratamiento, cosa que no sucede en los incineradores. “En una planta de termovalorización, el costo de inversión más importante se dedica a los sistemas de tratamiento, filtración y lavado de gases”, señaló Casares de Veolia.
Según Álvarez, durante la visita que hizo a las plantas en Europa pudo constatar que no había una emisión de gases al ambiente, tan es así que ni siquiera percibieron olores que indicaran lo contrario.
Como último punto, en la incineración no se recupera energía, contrario a lo que sucede en las plantas de termovalorización. En el caso de la Ciudad de México, la planta generará 965,000 megawatts hora por año de energía, que es lo mismo que consumen las 12 líneas del Metro de la ciudad.