Galo Bertín, el diseñador mexicano que (sí) hizo de la moda un negocio
El Mercedes-Benz Fashion Week de la Ciudad de México, uno de los mayores eventos de moda en el país, comenzó ayer domingo, y esta noche el diseñador mexicano Galo Bertín presentará su colección primavera-verano 2018. Es una de las nuevas promesas del diseño mexicano: sus ventas se duplicaron en el último año, ha cerrado contratos para vender ropa a corporativos como Televisa y ha captado patrocinios de marcas como el fabricante de rastrillos Gillette o el fabricante de autos premium Mercedes-Benz.
Bertín es un caso de éxito en una industria donde, según los especialistas, falta visión de negocio. “El gran problema de los diseñadores en México es que dicen: yo soy un creativo, no puedo hacer administración, finanzas. Muchos estudiantes piensan que una vez que sean diseñadores se la van a pasar de fiesta en fiesta, de pasarela en pasarela. Pero presentarte en una pasarela ya no basta para triunfar en el mundo de la moda. Hay que tener un plan de negocio”, dice Jacob Pulido, analista de moda y profesor del Centro de Diseño de Moda.
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Para Bertín todo empezó en 2010, cuando decidió darle un giro a su carrera como Diseñador Industrial y enfocarse en la industria de la moda. Al año siguiente desarrolló una colección de ropa para caballero y organizó una pasarela en una nave industrial en Querétaro. El evento fue un éxito.
A partir de ese momento, Bertín obtuvo algunos pedidos y una invitación para presentarse como nuevo talento en el Fashion Weekend de 2012, donde otros diseñadores mexicanos como Cristina Pineda, Ricardo Covalín y Daniel Espinosa también presentaron sus colecciones.
Bertín se dirige a hombres de entre 20 y 35 años y compite en un nicho denominado ‘lujo accesible’, donde también está Massimo Dutti, de Grupo Inditex. “Somos un punto medio entre el lujo y el fast fashion. Los precios de las prendas van de los 1,000 a los 4,000 pesos”, dice el diseñador.
Al ver el éxito que la marca estaba teniendo en las pasarelas —también asistió al Fashion Week de República Dominicana y al Google Fashion en la Ciudad de México—, decidió fundar una empresa: hizo un plan de negocio y creó dos departamentos, uno de producción y otro de marketing. Después añadió comunicación, ventas y finanzas.
Bertín trabaja hoy con seis maquiladores para fabricar las prendas. Según el diseñador, tercerizar la producción es lo más óptimo cuando una marca empieza a crecer, ya que así no absorbe el costo fijo de mantener una fábrica y tiene flexibilidad para variar los volúmenes de producción dependiendo de la cantidad de pedidos que le lleguen.
El año pasado, facturó 1.2 millones de pesos, y para este año su expectativa es triplicar la cifra.
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“Creo que uno de nuestros principales aciertos ha sido diversificar nuestros canales de comercialización. Empecé vendiendo en Intermoda —una expo que se realiza cada seis meses en Guadalajara y en donde cadenas como Liverpool, Suburbia y dueños de boutiques hacen pedidos a los fabricantes—, luego abrí una boutique en Querétaro y en 2015 incursioné en el e-commerce a través de una alianza con Mercado Libre y con Privalia”, cuenta.
Ahora, el diseñador mexicano tiene un proyecto de expansión para abrir 10 tiendas en los siguientes cinco años. “Ya tenemos dos, una en Ciudad de México y otra en Guadalajara. El siguiente año abrimos Querétaro y luego vamos a Cancún, y en 2019 Los Cabos y quizás Puebla”, dice.
