¿Es viable el plan de AMLO de ser autosuficientes en gasolinas?
El gobierno que encabezará Andrés Manuel López Obrador pretende 'rejuvenecer' las seis refinerías que existen en el país, con el fin de mejorar su capacidad para producir combustibles, y construir dos nuevas plantas.
El objetivo final es dejar de depender de las importaciones de combustibles, que en los últimos años han pasado de suponer el 50% del consumo interno a cerca del 75%.
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Con dos nuevas refinerías, México puede incrementar su capacidad de producción de gasolinas en casi 280,000 barriles diarios, con lo que puede duplicar la oferta nacional actual, estima Ixchel Castro, analista de la consultora Wood Mackenzie. “Pero el mercado local consume alrededor de 900,000 barriles diarios de gasolina. Te sigue quedando un faltante importante que debes importar”, añade.
Incluso con esas dos plantas, las cuentas no cuadran. Pemex vendió 801,000 barriles de gasolina Magna y Premium en mayo de este año, mientras que produjo apenas 245,000 barriles en ese mes. Por tanto, sólo el 31% de los combustibles que se comercializaron se produjeron en las seis refinerías de Pemex. En otros meses anteriores, el porcentaje llegó a bajar hasta el 24%.
Si se suma la demanda del diésel, Pemex vendió 1.15 millones de barriles entre todos los combustibles automotrices, pero sólo produjo 392,000 en sus refinerías.
Sin embargo, la renovación del sistema de refinación que propone López Obrador puede permitir que la petrolera regrese a los niveles de refinación de 2013, y alcanzar los 750,000 barriles de combustibles. Esto reduciría la dependencia de las importaciones, apunta el analista de la consultora AT Kearney, Raymundo Sánchez.
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“Así que produciríamos el doble de lo que producimos ahora, y con eso cubrimos el 75% de la demanda nacional. Para el 25% restante, no sé si nos hacen falta dos refinerías”, dice el analista.
Esta mejora de la autosuficiencia tendría un efecto colateral, pues puede afectar a la refinería de Deer Park, en Estados Unidos, una planta donde Pemex tiene el 50% de participación y que provee de combustibles al país, añade Sánchez.
Contrarreloj
La otra incógnita será ver si es posible completar la construcción de dos refinerías nuevas, además de la reconfiguración y mantenimiento de las actuales, en el periodo prometido de tres años.
El equipo de López Obrador cree que puede replicar el éxito de la refinería de Jamnagar, en India, que comenzó a operar en 2008 y tuvo un tiempo de construcción de 36 meses. Pero la planeación de esa planta llevó mucho más tiempo. “Lo que sí es cierto es que la construcción duró tres años, pero la propuesta inicial es un tema que venía desde 1995, más o menos”, dice Ixchel Castro.
La construcción de dos nuevas plantas desde cero se enfrenta con la necesidad de contar con los permisos de suelo, ambientales y planes de diseño antes de erigir cualquier infraestructura, algo que puede tomar meses o años, añade Raymundo Sánchez.
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¿Y el crudo?
Si el gobierno logra tanto la reconfiguración como la construcción de las refinerías, quedará pendiente saber si contará con el petróleo suficiente para refinar y exportar como en los viejos tiempos.
“Si queremos regresar a la misma plataforma de producción de gasolinas, y mantener nuestros compromisos de producción de petróleo, tenemos que producir más crudo”, dice el analista de AT Kearney.
Pemex producía cerca de 2.5 millones de barriles en 2013, lo que se traducía en una exportación promedio de 1.3 millones, y dejaba 1.2 millones para la refinación. Si los niveles de producción de gasolinas y otros derivados del petróleo llegaran a los niveles de esos años, menguarían las ventas de crudo al exterior.
Sin embargo, ahora Pemex produce cerca de 1.8 millones de barriles de crudo, y aunque mantiene una plataforma de exportación similar a la de años anteriores, su capacidad de refinación ha disminuido a 650,000 barriles diarios, en promedio.
Por todo ello, el plan del gobierno de López Obrador no es imposible de realizar, pero sí muy complicado... Y sólo el tiempo dirá si lo cumple o no.