¿Es viable el plan petrolero de AMLO?
Los 175,000 millones de pesos (mdp) que pretende inyectar la administración de Andrés Manuel López Obrador al sector energético pueden ser insuficientes para alcanzar sus ambiciosas metas de producción de petróleo, combustibles y electricidad, consideran expertos del sector.
El próximo gobierno planea elevar la producción de petróleo de 1.9 a 2.5 millones de barriles en promedio diario en dos años, según los cálculos presentados el viernes pasado por el propio López Obrador. Sin embargo, según la mayoría de los analistas consultados por Expansión, esta meta será difícil de cumplir, por las siguientes razones:
Las metas petroleras
Pemex ha invertido cerca de 80,000 mdp en la exploración y producción de crudo en los últimos dos años. Para 2019 sí puede duplicarse este gasto, pero estas cifras aún se alejarían de las vistas en años como 2014 o 2015, donde se acercaron a los 220,000 mdp. En ese entonces, ese gasto no permitió frenar la caída en la producción, apunta Raymundo Sánchez, especialista en temas de energía de la consultora AT Kearney.
Pemex no cuenta además con activos que puedan ponerse en marcha en un periodo breve de tiempo para elevar en 600,000 barriles la extracción en solo dos años, agrega Gonzalo Monroy, director general de la consultora GMEC. “México no tiene capacidad ociosa. De hecho, el único país que la tiene es Arabia Saudita, ni siquiera Estados Unidos”.
El nivel de inversión extra que propone la nueva administración tampoco alcanzaría para reactivar el número suficiente de pozos para llegar a la meta propuesta, considera el analista del sector Ramsés Pech. “Tendríamos que tener más de 200 equipos, entre terrestres y marinos, para perforar y terminar pozos. La pregunta es si habrá disponibilidad de equipos hoy, ante un precio del barril alto en el mundo”, explica el analista.
Pero hay motivos para la esperanza. La inversión puede destinarse para sacar petróleo de la Sonda de Campeche, una cuenca que puede aportar el nivel de extracción de crudo suficiente para alcanzar estas metas, considera Luis Miguel Labardini, especialista de Marcos y Asociados. “Existen muchos campos. La inversión se cayó hace tres años, pero no porque no hubiera oportunidades, sino porque tenían un problema de flujo de efectivo”.
La refinación
El equipo de López Obrador también construirá una refinería para elevar la producción de gasolinas, a un costo de 160,000 mdp.
“Ya está en el rango bajo, pero razonable, del costo de una refinería de 250,000 a 300,000 barriles que podemos ver en otras partes del mundo”, considera Raymundo Sánchez.
Sin embargo, el tiempo de construcción continúa generando dudas, porque tres años suena muy ambicioso para un proyecto que puede requerir licitaciones, si decide invitar a la iniciativa privada, y permisos ambientales, destaca Ramsés Pech.
“Una nueva refinería requiere estudios y detalles que necesitan más tiempo que el previsto, y la inversión prevista muchas veces se multiplica”, agrega Labardini.
López Obrador además se ha comprometido a que el resto de las refinerías de México funcionen al 100% de su capacidad, algo que no pasa ni en Estados Unidos, que tiene uno de los sistemas más eficientes, apunta Gonzalo Monroy.
De hecho, según Sánchez, los 49,000 mdp que se pretenden usar para el mantenimiento de las refinerías no parece suficiente, debido a que tres de ellas requieren una reconversión para usar un tipo de crudo pesado que México produce cada vez más.
La electricidad
En cuanto a las inversiones para revivir a la capacidad hidroeléctrica del país, junto a otras plantas que estaban destinadas a 'jubilarse' del sistema, pueden no ayudar a mejorar los precios a los que se genera la electricidad en el país, dice Sánchez.
“La pregunta es si continuaremos cubriendo las ineficiencias y seguiremos asumiendo los precios caros de la generación eléctrica”, comenta Ramsés Pech.
La estrategia de los últimos cinco años ha sido depender más de la electricidad generada por el gas natural que del combustóleo, por ser un energético más económico.
El nuevo gobierno también sopesa la posibilidad de bajar los precios de las tarifas eléctricas, lo cual se puede hacer aumentando los subsidios que ahora se otorgan a los hogares.