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La repentina caída de Carlos Ghosn, el verdugo de los gastos

Bajo su mando, Nissan despidió a uno de cada siete empleados y volvió a la rentabilidad; su estilo de gestión ha inspirado documentales, libros e incluso manga en Japón.
jue 22 noviembre 2018 09:12 AM
FILE PHOTO: Carlos Ghosn, chairman and CEO of the Renault-Nissan-Mitsubishi Alliance, attends a press conference on the second press day of the Paris auto show, in Paris
Carlos Ghosn Su brillante currículum como directivo se extiende durante más de dos décadas e incluye revivir al fabricante francés Renault.

TOKIO - El ejecutivo Carlos Ghosn se ganó un aura de líder despiadado y eficaz al reflotar a Renault y Nissan con agresivos recortes y conducir ambas empresas bajo una exitosa alianza, pero su carrera está en el aire por supuestas infracciones fiscales.

La repentina detención de Ghosn en Japón y su incierto futuro como máximo responsable del conglomerado Renault-Nissan-Mitsubishi han sobresaltado tanto al país asiático como a la industria del motor en general, donde era una de las figuras más respetadas.

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Su brillante currículum como directivo se extiende durante más de dos décadas e incluye revivir al fabricante francés Renault, salvar de la quiebra a la nipona Nissan y colocar como líder mundial de ventas al tripartito formado por estas dos empresas y por Mitsubishi.

Esta trayectoria quedó temporalmente interrumpida al ser detenido este lunes en Japón por presuntas irregularidades relacionadas con la declaración de sus ingresos, lo que por ahora conllevará su destitución al frente de Nissan y deja a la alianza descabezada y con una lucha de poder en ciernes por el reparto de las participaciones.

Ghosn nació en Porto Velho (Brasil) hace 64 años, creció en el Líbano y cursó sus estudios superiores en París -cuenta con pasaporte de estos tres países-, donde inició su carrera profesional en el fabricante francés de neumáticos Michelin.

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Tras encargarse de reestructurar distintas divisiones de Michelin, el joven Ghosn llamó la atención de Renault, que lo fichó en 1996 para hacer lo propio en el fabricante de automóviles, tarea que asumió con éxito logrando impulsar sus beneficios.

El empresario dirigió el proceso de alianza entre Renault y Nissan hacia finales de los años 90, y sin abandonar sus funciones dentro del fabricante francés, fue nombrado presidente y CEO del segundo mayor fabricante japonés de vehículos.

La designación de un extranjero de 45 años como máximo responsable del gigante nipón causó recelos entre los conservadores círculos empresariales de Japón, pero Ghosn no tardó en cambiar el destino de la malograda Nissan para convertirse en uno de los líderes más admirados del país asiático.

Bajo su férreo mando, Nissan despidió a uno de cada siete empleados y volvió a la rentabilidad, lo que alimentó el mito de un directivo también conocido como "Mr Fix It" (Sr. Reparador) o "Le Cost Killer" (El verdugo de los costos) y cuyo estilo de gestión ha inspirado documentales, libros e incluso manga (cómics) en Japón.

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Ghosn, quien solía mostrarse incómodo con estos apodos en sus apariciones mediáticas, compaginaba su vida entre Francia, Japón y otros países, y cultivaba una imagen de cercanía -con visitas frecuentes a plantas y proveedores de Nissan- que le granjearon el afecto de sus empleados pese a los frecuentes "tijeretazos".

Sin embargo, su creciente salario comenzó a generar ciertas críticas dentro de la empresa con sede en Yokohama desde que en 2010 se hizo obligatorio publicar la remuneración de los altos ejecutivos en Japón, país donde la cultura corporativa llama a la contención salarial y a repartir las ganancias entre todos los trabajadores.

Ghosn llegó a ser el ejecutivo mejor pagado de Japón, y en 2017 se embolsó el sueldo récord de 1,098 millones de yenes (8.52 millones de euros), según las cuentas anuales anunciadas en la junta de accionistas de la compañía, reuniones en las que el nivel salarial del dirigente era un punto de debate recurrente.

Sus emolumentos habían ascendido en 2016 conforme aumentaron sus responsabilidades al frente de la alianza, que incluían dirigir también Mitsubishi Motors, a raíz de la adquisición de este fabricante por Nissan.

En abril de 2017 abandonó su puesto como consejero delegado (CEO) en Nissan, aunque se mantuvo como presidente de la firma nipona, así como CEO y presidente de Renault y de la alianza.

El conglomerado tripartito dirigido por Ghosn alcanzó el liderazgo mundial de ventas durante la primera mitad de 2018 si se suman los vehículos comercializados por todas sus marcas, por encima del grupo alemán Volkswagen.

La alianza parecía navegar viento en popa pese al momento difícil que atraviesa la industria, marcado por el estancamiento de la demanda de vehículos en el mundo, el encarecimiento de las materias primas y la transformación en los hábitos de transporte urbano.

Entre las últimas medidas anunciadas por Ghosn destacan su estrategia "Alianza 2022", que aspira a situar al grupo a la vanguardia de las tecnologías del vehículo eléctrico, conducción autónoma y conexión a la red, y el acuerdo sellado en septiembre con Google para incorporar sistemas de navegación a sus vehículos .

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