Tomando en cuenta que el NAIM preveía tener capacidad para recibir hasta 130 millones de pasajeros al año, habría representado 18% del total esperado para la región. Y aunque el gobierno federal busca satisfacer esa demanda con el Sistema Metropolitano de Aeropuertos (SMA, conformado por el actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el Internacional de Toluca y el Internacional Felipe Ángeles, en Santa Lucía), parece que no será suficiente.
“Nadie que llegue a la Ciudad de México va a conseguir conectarse en Santa Lucía para agarrar otro vuelo. Por más que tengamos una vía rápida de acceso, un pasajero que viene que tiene que salir de un aeropuerto, agarrar su valija, hacer un nuevo check in, embarcar de nuevo y hacer todo el trámite de migración, no va a utilizar México como un punto de conectividad, y va a acabar utilizando otros aeropuertos”, señala.
La posición geográfica que tiene México es muy interesante, y difícilmente tendrá un aeropuerto que reemplace en totalidad (al NAIM), por lo que otros aeropuertos tendrán que absorber ese crecimiento de la demanda
Luis Felipe de Oliveira, director ejecutivo y CEO de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA).
Para Oliveira, el gran problema es la falta de una definición clara de qué se va a hacer con el proyecto del SMA en cuanto a qué aerolíneas albergará cada aeródromo. “Por más que esos tres aeropuertos sean realmente viables, difícilmente conseguiremos que tengan una interconexión entre ellos, y esto claramente hará que México pierda en conectividad”.
Oliveira considera que México tiene una posición geográfica “muy interesante” para atender mercados con gran potencial de demanda, como la región asiática, en donde datos de la IATA prevén que China desplace a Estados Unidos como el mayor mercado de pasajeros para 2037.
Asimismo, el especialista consideró que el carácter mixto del aeródromo, en el que se busca albergar operaciones civiles y militares, puede suponer una pérdida para la aviación comercial.
“Normalmente las operaciones militares tienen un tipo de preferencia sobre las operaciones civiles por tratarse de seguridad nacional, y eso seguramente va a interferir en el tráfico del aeropuerto dependiendo del tamaño las operaciones militares. Lo ideal sería tener un aeropuerto militar por separado (…) No creo que haya beneficios mutuos en la existencia de estos dos entidades”, advierte.