Tras el incidente, la zona fue evaluada por las autoridades del puerto de Guaymas, Protección Civil y la Secretaría de Marina, que más tarde determinó que no había daños ambientales. El derrame se notificó en tiempo y forma a la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa), que señaló que se realizaron los protocolos adecuados.
Luego de haber iniciado un proceso administrativo contra la empresa, la Profepa clausuró las instalaciones de Grupo México en el puerto de Guaymas debido a que no cuentan con autorizaciones de impacto ambiental. La clausura es de carácter temporal y parcial para las obras y actividades de almacenamiento y embarque de ácido sulfúrico.
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En redes sociales se divulgaron fotografías de animales muertos en el Mar de Cortés, denunciando que fue a causa del derrame, entre ellos tortugas y manatíes. “Consideramos que la información difundida a través de redes sociales sobre los decesos de la población marina, no se encuentra relacionada en forma alguna con el incidente ocurrido”, señaló la compañía.
Grupo México además negó ser responsable de 22 daños ambientales como lo había mencionado la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semanart) y la organización PODER. De los impactos ambientales imputados a Grupo México, la firma destacó que son falsos o tienen imprecisiones: dos fueron antes de que Grupo México fuera dueño de las instalaciones a las que se hace referencia y dos son atribuibles en más de 50 años de operación de la empresa, como en el Río Sonora, pero que fueron remediados.