El financiamiento para el petróleo, gas y carbón ha sido objeto de un particular escrutinio a medida que científicos climáticos han intensificado sus pedidos para cambiar la fuerte dependencia de la economía mundial en combustibles fósiles para evitar un calentamiento desastroso.
Los mayores defensores de los principios dicen que las normas alentarán a los bancos a desviar sus portafolios de préstamos de los activos intensivos en carbono y redirigir capital a industrias más ecológicas.
Los críticos, en tanto, argumentan que los bancos deberían ir más allá al comprometerse explícitamente a eliminar paulatinamente el financiamiento a proyectos ligados a combustibles fósiles y agronegocios que generan deforestación en la Amazonía, el sudeste asiático y otras regiones.
Sin embargo, los nuevos estándares también podrían obligar a los bancos participantes a elegir entre los negocios anteriores de clientes en sectores con alto contenido de carbono y el riesgo de ser acusados de no cumplir con los principios si continúan financiando tales empresas.
Aunque la iniciativa es voluntaria, Dettling, quien desempeñó un rol central durante 18 meses de negociaciones con un grupo principal de 30 bancos fundadores, aseguró que los prestamistas serían renuentes a aceptar el riesgo reputacional de perder su estatus de signatario.
"Necesitan demostrar que están progresando y lo hacen dentro de un cronograma dado", aseguró. "En última instancia, los bancos que no están en línea con sus compromisos y no progresan pueden perder su estatus de signatario".
Con información de Reuters