En medio de la pandemia por Coronavirus Covid-19, que mantiene en cuarentena al primer ministro Justin Trudeau, la cámara alta de ese país aprobó el T-MEC . El tratado entrará en vigor tres meses después de que el último socio comercial notifique que ha concluido sus procedimientos internos de aprobación. Ese día cambiarán las reglas del juego para el sector automotriz en la región, uno de los que generó más polémica durante la renegociación del acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá.
La industria automotriz pide recorrer a 2021 la implementación del T-MEC
Si bien los fabricantes han revisado y preparado sus cadenas de suministro para cumplir con las nuevas reglas, también han mostrado su inquietud ante el desconocimiento de las reglamentaciones uniformes, que establecerán los mecanismos para poder acreditar que están cumpliendo con los nuevos requisitos.
“A la fecha no tenemos certeza de lo que se establecerá en dichas reglamentaciones y, en consecuencia, tampoco estamos en posibilidad de revisar la forma en que deberán modificarse los procesos e interrelación a lo largo de la cadena productiva, situación que nos coloca en un escenario de potencial incumplimiento de los nuevos requerimientos”, dice un documento elaborado por los fabricantes de autopartes, vehículos y camiones, agrupados en la INA, AMIA y ANPACT.
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En este documento, dirigido a la Secretaría de Economía, las tres asociaciones solicitaron al gobierno que negocie con los otros dos países poder operar durante 2020 bajo las reglas del TLCAN actual y que las nuevas disposiciones en materia de reglas de origen automotriz entren en vigor a una fecha posterior al 1 de enero de 2021.
Bajo las reglas del T-MEC, un vehículo producido en la región podrá exportarse entre los países firmantes libre de aranceles cuando cumpla cuatro condiciones: que 75% de su contenido provenga de la región de Nortamérica (México, Estados Unidos y Canadá) –un incremento importante desde el 62.5% que requería el TLCAN–, y que de 40% a 45% del valor del vehículo sea producido por trabajadores que perciban al menos 16 dólares la hora.
Además, 70% del acero y del aluminio deberán provenir de la región de Norteamérica y algunos componentes esenciales como el motor y la carrocería deberán tener un valor de contenido regional de 75%.
Tere González, socia de la práctica de Global Trade de EY, afirma que la aplicación de la mayoría de las nuevas reglas será gradual. En el caso del porcentaje de contenido regional, por ejemplo, los fabricantes y sus proveedores atravesarán cuatro etapas hasta alcanzar el 75%. El primer escalón es pasar del 62.5% de contenido regional en las partes esenciales o core parts a 66% en este año. Para 2021 debe ser 69%, para 2021 debe ser 72% y en 2023 debe ser 75%.
"Las empresas se han preparado para poder enfrentar estos cambios, han buscado proveedores en la región, han seguido con atención el tema del acero. Al menos para esta primera fase, podría decir que están listas", dice.
No obstante, los fabricantes tienen incertidumbre sobre los mecanismos para demostrar el cumplimiento de los nuevos requisitos.
“Nos hemos reunido periódicamente con el área de negociaciones comerciales de la Subsecretaría de Comercio Exterior [de la Secretaría de Economía] y les hemos puesto sobre la mesa nuestras observaciones e inquietudes. Pero pese a los acercamientos, seguimos en el mismo escenario. Aun no hay reglamentaciones uniformes y estamos en una situación de indefinición”, afirma Fausto Cuevas, director de la AMIA.
México exportó en 2019 3.33 millones de vehículos, de los cuales el 85% fue para Estados Unidos y Canadá, según datos de Inegi.