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¿Cómo llegan las empresas mexicanas al T-MEC?

El primero de julio entra en vigor el tratado y muchas de las empresas mexicanas entrarán a esa nueva era comercial sin liquidez, con deuda y con plantillas disminuidas ante el parón de actividades.
mar 28 abril 2020 03:28 PM
Comercio T-MEC
El reto que enfrentan hoy las cadenas de valor se extenderá más allá del final del primer pico de contagios de la emergencia sanitaria, previsto para finales de junio.

Las empresas mexicanas, sobre todo aquellas que han tenido que hacer un alto total en sus operaciones al no haber entrado en la lista de actividades esenciales, publicada en el Diario Oficial de la Federación a finales de marzo, tienen un doble reto: mantener la liquidez que les permita seguir pagando nóminas, impuestos y servicios, al tiempo que tienen que hacer los ajustes necesarios para poder cumplir con los requisitos del nuevo T-MEC, que entra en vigor el próximo 1 de julio.

El inicio de esta nueva era comercial en la región de Norteamérica está exacerbando los llamados de los empresarios de sectores como el automotriz, el de electrodomésticos, el cervecero y el de la construcción para ser incluidos en la lista, con el objetivo de poder tener el tiempo y los recursos suficientes para alinear sus cadenas de suministro y así aprovechar todas esas oportunidades que, se supone, traerá consigo el T-MEC.

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Todas estas inquietudes fueron manifestados por una veintena de ponentes en la reunión virtual 'Atención a la crisis en las cadenas de valor de la industria', transmitida por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

Directivos de empresas que participan en las cadenas de valor de los sectores de alimentos y bebidas, de dispositivos médicos, de la industria de la construcción y de electrodomésticos, así como representantes de instituciones financieras, analistas, académicos y políticos, expusieron la problemática que viven sus empresas o sectores y expusieron sus propuestas.

Aquellas empresas que no fueron incluidas en la lista no han parado de insistir en querer entrar ella para poder regresar a operar, mientras que aquellas que sí entraron ahora piden seguridad para poder distribuir sus productos a los centros de consumo, además de mecanismos de financiamiento que les permitan a sus proveedores y clientes tener liquidez para solventar los pagos.

Aunque los contextos que hoy viven las compañías son diferentes, algunos incluso diametralmente opuestos —mientras que 3M vive una demanda desbordada de sus mascarillas, CEMEX están parada—, hubo llamados comunes. El primero de ellos fue por un plan urgente que permita reactivar la economía del país lo más pronto posible.

Juan Ignacio Garza Herrera, vicepresidente de CAINTRA Nuevo León y director general de Xignux; Larry Rubin, presidente de la American Society of Mexico, y los senadores Eduardo Ramírez y Verónica Martínez coincidieron en que urge diseñar un esquema de reinicio de operaciones escalonado, que incluso adelante la reapertura de algunos sectores con cadenas productivas integradas con Estados Unidos y Canadá, como el automotriz y el de electrodomésticos; así como protocolos claros que garanticen la salud de los trabajadores que se reincorporen a sus centros de trabajo.

“Nosotros nos sumamos a este llamado para reactivar la economía nacional. Proponemos reevaluar la clasificación de actividades esenciales y reactivar la economía en las regiones donde no se han presentado casos de COVID-19 o que se encuentran debajo de la media nacional”, dice Verónica Martínez, senadora del PRI y secretaria de la Comisión de Economía de la Cámara de Senadores.

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“Creo que pronto podremos reactivar la producción de cerveza y automotriz. Consideramos importante echar a andar estas cadenas de valor porque en estas industrias está en riesgo el empleo que ha costado años conseguir”, añade Eduardo Ramírez, senador de Morena.

Otro punto de encuentro entre los participantes fue la necesidad de encontrar mecanismos de financiamiento, tanto para dar liquidez a los proveedores de las empresas de alimentos para seguir financiando a sus clientes, como a los pequeños detallistas que venden sus productos.

“Todas las grandes empresas debemos hacer acciones concretas para dar certeza a los productores del campo, en el mediano y corto plazo, para que tengan liquidez y para que puedan seguir operando. En el otro extremo de la cadena, debemos diseñar planes de incentivos para mantener a flote a los microempresarios, a las tienditas y abarroteros que venden nuestros productos”, dijo Javier González Franco, director general de Bimbo.

Sin olvidar la seguridad

En el medio de la cadena, los transportistas, representados en la conferencia por Enrique González, de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar), solicitaron la intervención de la Guardia Nacional y del Ejército para blindar la distribución en los productos. “En Tabasco, hay grupos delictivos que avientan piedras a los camiones para ocasionar accidentes, detenerlos y poder robarlos. En Chihuahua hemos sufrido bloqueos en las carreteras y nos queman camiones”, cuenta.

Pero además de estos llamados urgentes, hubo otros que apuntan al mediano plazo, previendo que el reto que enfrentan hoy las cadenas de valor se extenderá más allá del final del primer pico de contagios de la emergencia sanitaria, previsto para finales de junio.

El primero de julio entra en vigor el nuevo acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá, T-MEC, y muchas de las empresas mexicanas entrarán a esa nueva era comercial sin liquidez, con deuda y con plantillas disminuidas.

Para poder aprovechar este nuevo acuerdo y “ganar participación en el mercado regional frente a países lejanos”, como advirtió José Varela, director de 3M en México, los empresarios enfatizaron la necesidad de reducir las barreras aduaneras y fiscales que obstaculizan las inversiones necesarias para integrar las cadenas de valor en el país.

Estas barreras añejas, dijo Ary Naïm, representante en México de la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), hoy están dificultado la producción de equipo de protección y de ventiladores en México, ya que no hay cadenas integradas.

Naïm agregó que, además de la facilitación aduanera, el país requiere generar nuevos factores de competitividad: un clima de inversión favorable para que aquellos eslabones faltantes se animen a establecerse en México, energía barata y limpia, incentivos para la I+D, y esquemas que permitan incrementar el valor agregado mexicano en los productos de exportación.

“Habría que repensar el rol de Pemex como herramienta sumamente crítica en este nuevo esquema de competitividad, así como la explotación de nuevos recursos que están empezando a ser altamente demandados por las industrias, como el litio”, detalló.

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