La pandemia del coronavirus y la transición energética tienen una característica en común: ambos fenómenos atraviesan un proceso acelerado.
Estos son los 3 factores que marcan el cambio en el mercado energético
Adrián Katzew, director general de Zuma Energía, considera que existen tres factores principales que están marcando la transición en el mercado energético, que consiste en un cambio cada vez más rápido en la utilización de combustibles fósiles, como el carbón o combustóleo, al uso de energías limpias.
“Estamos inmersos en un patrón que, a mí me parece muy relevante enfatizar, no es un camino lineal. Lo que está viviendo el sector energético en su aceleración se parece un poco a la figura que estamos viviendo también alrededor del COVID-19 y el momento que vive el mundo, en el sentido de que el ritmo de cambio que estamos viendo ahora es un punto de inflexión a una aceleración hacia la transición energética”, dijo este martes durante el webinar 'El nuevo paradigma energético' en el Expansión Summit 2020 .
El primer patrón que tiene un impacto contundente en la transición es la baja en los costos de la generación eléctrica a base de recursos renovables. Mientras que en 2005, dice Katzew, un megawatt hora generado en una planta solar o eólica costaba más de 400 euros, en las últimas subastas eléctricas -como las de Emiratos Árabes y Portugal- se han alcanzado precios en torno a los 13 euros.
“Esto (el consumo de energía limpia) hay que hacerlo por una dimensión de competitividad y bajos costos, a reserva de la dimensión ambiental que también es importante para muchos de nosotros, la dimensión económica es contundente”, apuntó el director de Zuma Energía, que cuenta con proyectos renovables en cuatro estados del país.
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El segundo factor que impulsa la transición es la gran penetración de energía renovable en grandes mercados mundiales, lo que ha demostrado que la intermitencia de estas tecnologías -que se refiere a que no pueden proveer de energía todo el día- no es un factor en contra para su uso.
Países como Alemania y Reino Unido ya se abastecen con cerca del 60% de fuentes renovables. En América Latina también hay casos de países con alta utilización de estos métodos, como Costa Rica y Uruguay. “Ya es una tecnología demostrada y probada en gran escala”, dijo Katzew.
En cambio, en México, de acuerdo con información de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés) hasta febrero pasado, sólo el 23.4% de la electricidad consumida fue de fuentes limpias, como la solar, eólica o geotérmica.
Por último, cada vez más compañías petroleras -como BP o Shell- o fondos de inversión -como el gigante BlackRock- han anunciado un cambio en sus paradigmas de negocios, al enfocarse cada vez más en proyectos de generación de energía renovable o que cuenten con suministro de electricidad limpia.
“Hay claramente tres patrones que nos llevan a una dirección que no se presta a dudas: la inmensa competitividad económica, la operatividad demostrada y los pasos hacia adelante que están dando las grandes empresas y las grandes instituciones financieras y gobiernos, y esa es la tendencia de cambio en la que está la transición energética”, expresó el directivo.