Aunque los ingresos de la aerolínea crecieron en 79.1% respecto al segundo trimestre –al pasar de 2,608 mdp a 4,670 mdp–, en el comparativo interanual se redujeron 74.5%, mientras el flujo operativo –o Ebitda– registró un saldo negativo de 381 mdp.
La flota operativa de la aerolínea también se redujo en este periodo, al pasar de 118 aviones al cierre de junio a 101 aeronaves, sin contar los seis equipos Boeing 737 MAX que están fuera de operaciones desde marzo de 2019.
“Aeroméxico ha gestionado con éxito su red de destinos, asegurando que sus operaciones generen flujos de efectivo positivos”, dijo la aerolínea en el reporte.
La capacidad de la compañía –medida en asientos-kilómetro disponibles– se contrajo 64.1% en el tercer trimestre del año, mientras que el factor de ocupación registró un nivel de 61.9%, una disminución de 22.6 puntos porcentuales respecto a 2019.
Desde el 30 de junio, Aeroméxico se encuentra en un proceso de reestructura financiera bajo el Capítulo 11 del Código de Bancarrota de Estados Unidos, que le ha permitido a un financiamiento preferencial garantizado de 1,000 millones de dólares, distribuidos en dos tramos de 200 mdd y 800 mdd, respectivamente.
Además, la compañía alcanzó un acuerdo con sus arrendadores de aviones y motores para un esquema de pagos por hora, que le permitirá cambiar su estructura de costos en función de la utilización de equipos, que ayudarán a reducir los costos fijos.
Recientemente, Aeroméxico también alcanzó un acuerdo con su sindicato de sobrecargos, en el que se eliminaron 616 plazas y se otorgaron 323 permisos sin goce de sueldo, luego de una negociación en la que se buscaba reducir hasta 1,200 plazas.