“De inicio las franquicias van a ser corporativas porque queremos mantener la consistencia de nuestros productos y homologarlos en operación, con el propósito de cuidar la marca y la experiencia del consumidor. KSG busca tener una operación dentro de la industria alimentaria y creemos que hay un modelo que puede ser exitoso en copropiedad con los gerentes de la tienda”, comenta Nataly Valdez, CEO de KSG.
La decisión de inyectar dinero propio en las primeras sucursales corresponde a que, tanto KSG como Arby’s, buscan desarrollar la plataforma para que luego los inversionistas puedan operar los restaurantes, pues actualmente los insumos vienen de Estados Unidos. Soltar las riendas requiere que la marca primero trabaje en un modelo de economía a escala que genere cadenas de suministro, disponga de Centros de Distribución y consolide los formatos de restaurantes.
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La ejecutiva asegura que no existe un monto exacto de inversión para la consolidación de este plan, ya que depende del formato de restaurante que se tenga en mente, por ejemplo, el inaugurado este miércoles en Guadalajara requirió de un millón de dólares entre construcción, entrenamiento de personal y campañas de promoción. La marca tiene disponibles los tipos foodcourt, freestanding o no tradicionales en aeropuertos o gasolineras.
El primer restaurante de Arby’s se inauguró este miércoles en La Gran Plaza Fashion Mall, siendo el número 155 fuera de Estados Unidos y el más grande de la marca en los siete países adicionales donde se encuentra. El que la empresa opere en norteamérica de la mano con Inspire Brands, que maneja marcas como Buffalo Wild Wings o Sonic, le dio mayor conocimiento de para conocer diversos mercados, lo que también impulsó el regreso a México luego de 26 años.