La filial mexicana ocupa una posición relevante dentro de la corporación, tanto por el volumen de producción, como por el de ventas (la marca vende en México el doble que en Canadá y la mitad de lo que vende en toda Europa).
Nissan se posicionó como la marca más vendida en México en medio de la crisis económica de 2009, gracias a una estrategia que incluía modelos de producción local, como el Tsuru y la pickup 'Estaquita', que eran asequibles, duraderos y con un bajo costo de mantenimiento. Una década después, el ‘Hecho en México’ genera más del 90% de las ventas de Nissan en el país.
“Gran parte de los modelos que producimos en nuestras plantas de Aguascalientes y Morelos se quedan en México. Por ejemplo, el 80% de la producción de (la pickup) Frontier es para consumo local”, dice Gerardo Fernández, director senior de ventas de Nissan en México. “El que nuestros modelos más vendidos se fabriquen en el país nos permite responder rápidamente a las necesidades del mercado”, añade.
Pero en medio de un endurecimiento de las regulaciones locales sobre los elementos de seguridad mínimos que deben tener los vehículos y de una evolución global de la marca hacia la electrificación y la conducción autónoma, Nissan anunció a mediados de 2019 la renovación del 60% de su portafolio de vehículos en los siguientes dos años.
Desde entonces, Nissan ha renovado los sedanes Altima, Maxima, además de los modelos de manufactura local Sentra, Versa, Frontier, March y Kicks. Estos últimos cinco son los ‘best sellers’ de la marca, en tanto que generan 92% de las ventas de la marca en el mercado mexicano, según datos de Inegi.
La inversión más reciente fue la anunciada esta semana por el fabricante, de 27.3 millones de dólares, para ajustar una de sus plantas de Aguascalientes (A1), donde se produce el hatchback subcompacto March y el SUV Kicks.
A finales de 2020, la compañía también invirtió 93.3 millones en la planta de Morelos (CIVAC) para arrancar la producción de la nueva generación de la pickup Frontier, cuyas versiones de trabajo se comercializan bajo la placa NP300.
Meses antes, Nissan desembolsó 244 millones de dólares para arrancar la producción de la nueva generación de su sedán compacto Sentra en otra planta en Aguascalientes (A2). La mayor parte del dinero, el 74%, se destinó al desarrollo y producción de la nueva generación del motor, mientras que el 26% se destinó al acondicionamiento de la línea de producción.