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Las funerarias invierten para afrontar la peor crisis sanitaria de la historia

Grupo Gayosso y J. García López y elevaron sus inversiones en hornos de cremación, carrozas y fuerza de ventas ante el aumento de los de decesos por la pandemia.
mar 26 enero 2021 05:00 AM
Funeral
Además del coronavirus, las empresas también atienden el incremento de enfermedades respiratorias por la temporada invernal.

México enfrenta un repunte de la pandemia, los decesos superan las 150,000 víctimas y 10 estados, entre ellos la Ciudad de México y el Estado de México, están color rojo del semáforo epidemiológico. Para enfrentar esta emergencia, las empresas de servicios funerarios tuvieron que hacer inversiones para incrementar su capacidad operativa.

Para atender a sus clientes y apoyar en la cremación de víctimas de coronavirus a las familias de bajos recursos de la mano del gobierno de CDMX, Grupo Gayosso y J. García López incrementaron el número de hornos de cremación, carrozas y personal de atención para dar respuesta al endurecimiento de la emergencia sanitaria en el país.

En estos meses las empresas también deben dar respuesta a la temporada alta de demanda de servicios funerarios ante el aumento en el número de muertes por enfermedades respiratorias que se elevan por la temporada invernal y los suicidios, mientras esperan que haya una disminución de los decesos por COVID-19 hacia el segundo trimestre del año.

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Alejandro Sosa, jefe de operaciones de Grupo Gayosso, comenta que aumentaron en 30% la compra de hornos para cremación, 35% las unidades de traslado y 25% el personal de atención en su call center.

“Hemos estado invirtiendo muchísimo dinero para todo este tema de la contingencia. Básicamente, lo que hemos tenido que hacer es incrementar nuestra capacidad instalada para proveer los servicios”, afirma Sosa.

Óscar Padilla, CEO de la funeraria J. García López, señala que de los 51 millones de pesos de inversión para este año ya ejercieron cerca de 12 millones en la compra de equipo como hornos crematorios, que operarán en las instalaciones que planea abrir la empresa este año en la zona de Vallejo, al norte de la Ciudad de México, y en Cuautitlán Izcalli, en el Estado de México, con las que sumará 11 sucursales en la zona metropolitana.

“Hemos hecho grandes inversiones para poder soportar estas últimas cuatro semanas que han sido muy fuertes, porque han aumentado aproximadamente entre 30 y 35% las defunciones en relación a los meses anteriores que tuvimos por la pandemia y eso nos ha colocado en una situación un tanto apretada, pero no comprometida porque hemos logrado aumentar nuestra capacidad instalada y hemos trabajado muy fuerte para garantizar la cadena de frío”, declara Padilla.

Garantizan la atención

Las quejas por la saturación en la demanda de servicios también llegaron con la contingencia. A través de redes sociales, algunas personas acusan que la respuesta de los servicios funerarios es lenta y las compañías coinciden en que han atendido las llamadas, aunque no con la respuesta inmediata que en la época antes de la emergencia sanitaria.

“Lo que yo te puedo decir al respecto es que estamos atendiendo a todos nuestros servicios con la misma dignidad que lo habíamos hecho siempre. Sí necesitamos más paciencia de nuestras familias mexicanas porque, antes, me hacían una llamada y a los 10 minutos estaba haciendo el traslado. Ahorita, hay un poco de tiempo de espera, pero este para nada es de 3 a 5 días”, puntualiza Alejandro Sosa, de Grupo Gayosso.

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Las funerarias y crematorios de México están desbordados por la pandemia

Las personas que fallecieron por COVID-19 deben tener un proceso de cremación directa. Para atenderlos, las compañías se hacen cargo de la recuperación del cuerpo, que se realiza en bolsas de plástico como parte del protocolo para evitar contagios. Después es el proceso de incineración en los hornos, que tienen una capacidad para operar durante 18 horas seguidas, dado que para mantenerse funcionales deben apagarse por 6 horas.

El CEO de J. García López comparte que para la compañía fue relevante fortalecer su cadena de frio, dado que los cuerpos esperan en algunos casos hasta dos días para ser incinerados y es necesario mantenerlos en los refrigeradores bajo normas de seguridad y sanidad para evitar infectar al personal. Las cremaciones que realizan alcanzan los 80 y 90 cuerpos por día.

Los directivos coinciden en que el aumento de las defunciones en las últimas semanas es el resultado de las reuniones por las fiestas de fin de año y esperan que febrero y marzo también sean meses duros y después comience una disminución en el número de víctimas del virus SARS-Cov-2.

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