El autoabastecimiento es una figura creada al inicio de los 90, con la finalidad de incentivar la construcción de centrales renovables en el sur del país, una región con alto potencial de generación eólica, pero en donde la empresa estatal CFE no tenía el interés o el capital suficiente para invertir.
En 2013, Nissan se convirtió en el principal cliente del parque eólico que Enel estableció en Oaxaca: el fabricante japonés consumía 75% de la energía generada allí, con lo que evitaba la emisión de 63,500 toneladas de CO2 anualmente, y el consumo equivalente a 19.2 millones de litros de diésel al año necesarios para generar la misma cantidad de energía.
Un año antes, Nissan también suscribió un acuerdo con Ener-G para el suministro de 9.3 GWh de energía generada por biogás, equivalente al 5% de su consumo energético anual, según datos de la compañía.
Pero ahora el gobierno ha acusado a las centrales renovables de generar pérdidas hasta por 8,000 millones de pesos anuales a la CFE –al hacer uso de su infraestructura– y a las empresas usuarias de pagar tarifas muy por debajo de los precios del mercado. Por ello, ha emprendido una revisión de los permisos de autoabasto otorgados en anteriores administraciones y una eventual cancelación de estos si considera que no le son convenientes o constituyen un “fraude” a la ley.
Para empresas multinacionales, como Nissan, cuyas filiales están adscritas a los planes corporativos de reducción de emisiones, este reordenamiento del mercado eléctrico ha representado un revés en las metas alcanzadas. “Cuando nosotros logramos más del 50% del consumo de energías limpias en nuestra planta de Aguascalientes llegamos a ser benchmark dentro de la corporación a nivel global”, dijo Ávila.
La planta de Nissan en Aguascalientes se convirtió en la planta que integraba la mayor cantidad de energía generada por fuentes renovables, entre las 35 plantas que operaba la alianza Renault-Nissan alrededor del mundo.
En su Nissan Green Program, el fabricante japonés se ha puesto la meta de reducir 80% de las emisiones de CO2 de sus actividades corporativas para 2050, frente a 2005. Esto incluye reducir 36% las emisiones de CO2 en los sitios de fabricación por vehículo producido en este mismo periodo.
Ávila, quien encabezó el arranque de dos plantas de Nissan en México, Aguascalientes 2 y Compas –el complejo de manufactura de autos premium de Daimler y la alianza Renault-Nissan–, asegura que la confianza en los mercados es clave para la llegada de más inversiones.
“Debemos de dar certeza a las inversiones. Cualquiera que quiera venir a México debe sentir esa confianza de que el retorno de su inversión es posible”, dijo. “Tenemos (México) que seguir dando facilidades para que las empresas sigan usando energía limpia, que es un tema prioritario, en nuestro caso, no solo para Nissan Mexicana, sino para la corporación a nivel global”, concluyó.
Con información de Diana Nava
