Magdalena López (CEO de Renault México). En 2020, bajo el liderazgo de esta mujer y pese a la contracción que experimentó el sector automotriz a nivel global, la marca francesa logró aumentar su porcentaje de participación en el mercado mexicano (2.56%), gracias a un portafolio de productos alineado a las necesidades del consumidor nacional.
Teresa Valladares (CFO de Mazda México). En 2020, tras ser nombrada directora de finanzas de esta empresa japonesa, su capacidad de liderazgo y su visión estratégica hacia el futuro permitieron que la marca ajustara su presupuesto y ganara participación en el mercado mexicano, a pesar de que la industria viviera uno de sus momentos más críticos.
Estas historias demuestran el cambio que, en los últimos años, ha experimentado el sector, y que, si bien ha registrado avances importantes, aún presenta grandes espacios de mejora para impulsar la participación femenina, tanto en actividades de fabricación como en la comercialización –en ambas, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las mujeres representan menos de 37% del personal ocupado–.
Pero esta situación, que se replica a nivel global, no es el único desafío al que el sector femenino se enfrenta. El estudio Women at the Wheel 2020 de Deloitte señala, además, que cerca de la mitad de las profesionales que trabajan en la industria automotriz (45%) optaría por otro ramo, si estuviera por comenzar su carrera.
Para modificar este panorama es necesario, en primera instancia –según el mismo documento–, reconocer la situación y promover, desde los puestos de liderazgo, un cambio en materia de diversidad, inclusión y equidad.
Al mismo tiempo, es fundamental que la industria construya una nueva ruta, que apunte hacia el desarrollo y crecimiento profesional de las mujeres. El momento de abrir nuevos caminos es ahora. ¿Estarán dispuestas las compañías automotrices a hacerlo?