“Desafortunadamente hemos visto esfuerzos continuos por parte del gobierno del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador para socavar ese acuerdo y discriminar a los inversionistas estadounidenses en violación de los compromisos asumidos por México tanto en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) como en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC)”, dicen en el escrito, en donde piden a la administración de Joe Biden acatar el tema como prioritario.
La organización hace referencia a las últimas modificaciones hechas, y ya aprobadas por el legislativo, a la Ley de la Industria Eléctrica y la Ley de Hidrocarburos, ambas secundarias de la reforma energética de 2013 y con una tendencia a cerrar el mercado a los inversionistas privadas, para que las firmas estatales recuperen algo del mercado que perdieron con la entrada en vigor de la reforma energética.
Ya en junio del año pasado –cuando los cambios en el sector aún no se elevaban a nivel de ley–, el Instituto había enviado una carta a la administración del ex presidente Donald Trump , en la que acusaba de beneficios a la estatal Pemex en los mercados de gasolina y gas licuado de petróleo.
“Pero recientemente el presidente López Obrador ha aumentado tales acciones –tanto en alcance como en severidad– para cambiar los fundamentos del sector energético en México”, dice ahora la organización.
En las últimas semanas, el gobierno del presidente morenista ha aprobado tres reformas –una de ellas detenida en juzgados– a las leyes que rigen los mercados eléctricos y de petrolíferos. “El denominador común de ambas leyes es obstaculizar las nuevas inversiones privadas en el sector energético, así como destruir el valor de los activos privados ya en operación”, dice API.
El escrito pide la intervención diplomática para que México respete los compromisos que acató con la puesta en marcha de la reforma y con la ratificación del acuerdo comercial entre las tres naciones de Norteamérica.
Anteriormente otras organizaciones empresariales extranjeras y representantes gubernamentales de Canadá y la Unión Europea han mostrado su descontento con los cambios en el mercado energético nacional.
Pero hasta ahora el presidente mexicano ha desestimado las críticas y no ha dado señales de un cambio de postura respecto a la política energética, que desde el inicio de su administración se ha centrado en fortalecer a las estatales Pemex y CFE.