“Nuestro modelo de negocio es responder a licitaciones públicas en términos de conectividad, somos un proveedor de bicicletas para las ciudades”, explica a Expansión Caroline Van Renterghem, directora de marketing y comunicación de Smoove. “La Ciudad de México está altamente densificada y con polución. Es una muy buena señal querer renovar el servicio de bicicleta compartida, pues inversiones como ésta hacen a las ciudades más ciclables”.
De acuerdo con datos del gobierno capitalino, el sistema Ecobici cuenta con 6,500 bicicletas, de las que 340 tienen pedaleo asistido. El proyecto de la ciudad es renovar y expandir el servicio actual de Ecobici, lo que implica una transición entre el sistema que actualmente se encuentra operando –por la empresa Clear Channel, desde 2010– y uno nuevo.
Esta transición se llevará a cabo en dos etapas: una de sustitución de las 6,500 bicicletas actuales, y una de expansión, que buscará aumentar la flota actual a 10,000 unidades, de las que un 25% serían eléctricas con pedaleo asistido. Además, se pasará de un sistema de 480 cicloestaciones a 750.
En París, Smoove formó parte del consorcio Smovengo para renovar el servicio Vélib –el homólogo de Ecobici en la capital francesa– con 20,000 nuevas unidades en 2017, de las que un 60% fueron fabricadas en Francia. En el caso de México, la empresa prevé una estrategia similar.
“Smoove hará el diseño y un fabricante mexicano las producirá”, dice Van Renterghem. La compañía prevé aliarse para ello con una empresa en Guanajuato, cuyo nombre omite compartir. “Encontrar un socio en el sitio ayuda a evitar futuros retrasos y cumplir con la entrega en forma”.
Aunque la directiva no confirma qué proporción de las 10,000 bicicletas se fabricaría en México, asegura que sería “la mayor parte” del pedido. Con ello, la firma apostaría, en el mediano plazo, a establecer en México su centro de producción y distribución para otros mercados en América Latina.
Respecto al modelo que circulará por las calles de la Ciudad de México, la propuesta de Smoove es FLEX, una bicicleta que ofrece herramientas de conectividad para que las ciudades puedan monitorear el uso de las unidades y ser más eficientes en su distribución.
Hasta 2018, el gobierno de la ciudad estimaba que Ecobici concentraba un 11% de los viajes ciclistas. Para 2024, la meta es concentrar un 3% del total de viajes, incluyendo transporte público y vehículos particulares, de ahí que la estrategia sea la expansión del sistema, además de la construcción de 600 kilómetros de infraestructura ciclista y 16 nuevos biciestacionamientos.
Al respecto, Van Renterghem afirma que la falta seguridad, aunada a la carencia de vías ciclistas y la disponibilidad de estacionamientos, son los tres principales factores que ahuyentan a la gente del uso de bicicletas. “Lo que las ciudades necesitan entender es que el hecho de que tengas pocos ciclistas no significa que no vale la pena invertir en infraestructura; necesitas hacerlo, y esto creará ciclistas”.