Pemex logró aumentar la producción de gasolinas en sus seis refinerías sin hacer un gran recorte a sus exportaciones. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha asegurado que estas últimas se reducirán de manera paulatina para dar prioridad a la demanda nacional y al consumo de las refinerías. El plan marca que la estatal dejará de exportar petróleo en 2023.
Durante el año pasado, Pemex promedió exportaciones por 1.018 millón de barriles diarios, una disminución de 9% –equivalente a 102,000 barriles– respecto a un año antes.
El plan de la petrolera es elevar su producción de gasolinas a alrededor de 310,000 barriles durante este año, de acuerdo con un plan interno de la compañía visto por Expansión. Estas previsiones no incluyen la incorporación de Dos Pemex y Deer Park, el complejo que compró la estatal al gigante Shell.
La otra cara del aumento en la producción
La apuesta actual por las gasolinas tiene un efecto poco favorecedor para la compañía: un incremento en la producción de combustóleo, un subproducto de la refinación, que, aunque en los últimos meses ha sido comprado por refinerías de Estados Unidos, cada vez es menos utilizado debido a sus altos niveles contaminantes.
La estatal ha terminado el año con una producción de combustóleo por encima del de gasolinas. En el 2021, Pemex produjo en promedio 233,000 barriles diarios de gasolina y 244,000 barriles diarios de combustóleo.
Esta última cifra implica un aumento en la producción de 39% respecto a un año antes. El incremento exponencial que ha tenido la producción del combustóleo se debe a la dieta de las refinerías que se ha basado en mayor medida en crudo pesado o Maya, para el que tres de ellas no están configuradas y cuyo uso resulta en productos de menor valor, como el combustóleo.
En su plan para este, la estatal prevé reducir su producción de combustóleo, para que éste sea 10% por debajo de la generación de gasolinas.