A pesar de que en semanas pasadas el plan de reestructura de Aeroméxico fue aprobado por un 88% de la totalidad de sus acreedores, hubo varios grupos que interpusieron objeciones ante la Corte de Nueva York.
Por ello, en días pasados la compañía llegó a un acuerdo con el grupo de acreedores Ad Hoc, con el que se llegó a una negociación por 40 millones de dólares.
Anteriormente varios acreedores habían mostrado inconformidad con la manera en que se había estructurado el plan, pues señalaban que había una preferencia por accionistas ya existentes y objetaban algunos pagos de acciones para retener a directivos y a accionistas como Delta Air Lines.
El plan de reestructura de Aeroméxico contempla un financiamiento de capital por 720 millones de dólares, y un financiamiento de deuda en bonos por 762.5 millones de dólares.
El fondo Apollo Global Management será el mayor accionista de la aerolínea, con una participación de 22.38%, mientras Delta Air Lines –que anteriormente tenía 49% de la aerolínea– tendrá 20% del capital social. Además, un grupo de accionistas mexicanos –conformado por los empresarios Eduardo Tricio Haro, Valentín Diez Morodo, Antonio Cosío Pando y Jorge Esteve Recolons–, tendrá una participación de 4.10%, mientras los nuevos inversionistas y acreedores que capitalicen sus créditos reconocidos en acciones representativas del futuro capital social de Aeromexico tendrán el 53.52% restante.
Los asesores de Aeroméxico en el proceso voluntario de reestructura financiera bajo el Capítulo 11 fueron las firmas Sainz Abogados, S.C., Davis Polk & Wardwell LLP, Rothschild & Co., y AlixPartners. También participaron las firmas WolfBoomerang & Assoc. y Sard Verbinnen & Co.