Aunque otros componentes dentro del turismo internacional tuvieron mayores crecimientos –como el de excursionistas fronterizos, cuyo gasto incrementó en 44.5% respecto a los índices prepandemia–, el indicador del turismo de internación resulta relevante al tratarse de los viajeros que gastan más; mientras un turista de este perfil que llegó vía aérea gastó 1,110.2 dólares en promedio en 2021, un excursionista fronterizo –quienes no se internan en el país, quedándose únicamente en la franja– gastó una media de 53.2 dólares.
Detrás de esta tendencia hay varios factores. Para Arik Staropolsky, director general de la firma STA Consultores, el alza de precios que ha persistido en México y otras regiones del mundo incidió en la media que los turistas internacionales desembolsan en el país, y que también representó una oportunidad de recuperación para el sector.
“En muchos estados y destinos hubo aforos restringidos (…) Se estuvo observando incremento de tarifas promedio de hoteles y, como los prestadores de servicios tenían menos afluencia, tenían que aumentar precios”, explica. “Desde el punto de vista del turista, esto implica un mayor gasto”.
Esta alza de precios puede percibirse en los apartados de servicios turísticos del índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC). La inflación del transporte aéreo, por ejemplo, se disparó un 63% en diciembre de 2021 en comparación con 2020, e incluso los precios de servicios turísticos en paquete aumentaron en 20% respecto al año previo.
Otro factor que explica esta tendencia ha sido la llegada de turistas de mayor poder adquisitivo principalmente provenientes de Estados Unidos, que antes de la pandemia visitaban regiones como Europa, y que ante las restricciones de viaje y el entorno de contingencia sanitaria optaron por destinos más cercanos, como México y el Caribe.
Esta tendencia incluso se ha visto en el mercado mexicano, donde casi 72% del consumo turístico se concentra en el 20% de la población de mayores ingresos, de acuerdo con un estudio del Centro de Investigación y Competitividad Turística (Cicotur) Anáhuac.
No obstante, viajeros extranjeros de otros segmentos socioeconómicos también han visto en México una alternativa para vacacionar a bajos costos, lo cual derivó en la llegada de nuevos turistas en regiones como Los Cabos, según documenta STA Consultores.
“Llegó mucha gente que nunca había estado en México. En Los Cabos lo tenemos sumamente medido; el nivel socioeconómico bajó de lo que se veía previamente en el destino. Antes la tasa de retorno del destino era de 50% y ahora es de 30%; gente nueva llegó al destino, y también bajaron indicadores como los de tiempo compartido. La buena noticia es que sirvió como escaparate de promoción para el país”, explica Staropolsky.
Las expectativas del sector turístico para 2022 apuntan a que será un año relativamente similar a 2021 en cuanto a las medidas sanitarias e incluso algunas restricciones de viaje, pero en cuanto al ánimo de los turistas, se espera una mejora.
De acuerdo con una encuesta de la plataforma Expedia realizada entre 12,000 viajeros en 12 países, un 65% de los usuarios planea “viajar en grande” este año, lo cual se traduce en una tendencia de viajes que incluso podría calificarse como “extravagantes”, dadas las condiciones de aislamiento que muchos turistas han afrontado durante los últimos dos años. Incluso un reporte de la Organización Mundial de Turismo confirma que esta tendencia prevalecerá durante el año.
“Se espera que los viajeros visiten destinos más lejanos, pero con una estancia más prolongada”, refiere el organismo en el reporte Tourism Trends 2022. “Los consumidores buscarán disfrutar tanto como sea posible cada lugar que visiten”.
De ahí que, a medida que los viajeros recobran la confianza para salir, se espera que los indicadores de gasto continúen, aun en un entorno de alta inflación.
“México se ha vendido como un destino barato. Posiblemente el gasto promedio siga aumentando, pero en donde sí va a pegar [la pandemia] va a ser llegada de turistas”, considera Staropolsky. “Van a seguir habiendo alzas de precios, pues los prestadores de servicios turísticos tienen que gastar más en insumos y salarios, y si todo sube van a subir las tarifas. Además, ante el hueco financiero que significo la pandemia para muchos, de alguna forma será una forma de recuperarse”.