Expansión ya había adelantado que las refinerías de la compañía registraron en enero su nivel más alto desde 2017, con un procesamiento diario de alrededor de 850,000 barriles. Así, el consumo interno de crudo habría superado los envíos al extranjero.
Pemex decidió continuar con la estrategia presidencial, pese a los altos precios del petróleo, que le podían significar ingresos adicionales. Durante enero pasado, el precio de la mezcla mexicana superó los 80 dólares por barril como parte de la recuperación de la demanda post pandemia y del nerviosismo de los mercados ante, ese momento, un probable enfrentamiento entre Rusia y Ucrania.
Los ingresos por exportaciones de la compañía sumaron en enero los 1,954 millones de dólares. Las ventas no registraron una fuerte caída derivado de las altas cotizaciones.
Pemex continuó con niveles similares en la venta de crudo ligero. Pero decidió recortar los envíos de petróleo Maya o pesado, que utilizan algunas refinerías, como las estadounidenses o de India.
Y es justo este último mercado en el que la compañía recortó de manera más drástica los envíos. Las exportaciones a Asia se desplomaron en 72%, las exportaciones pasaron de 348,000 barriles diarios durante diciembre a 95,000 barriles diarios durante enero.
Las exportaciones a Europa cayeron en un 28%. De manera contraria, los envíos a Estados Unidos, el principal mercado de la estatal, se elevaron en 19% en el mismo periodo de comparación.