La petrolera estadounidense sigue así el ejemplo de compañías internacionales, como los grupos británicos Shell y BP, que también previeron vender su participación en los numerosos proyectos en común con empresas rusas.
La francesa TotalEnergies, de su lado, optó por el status quo y eligió no salir de Rusia, aunque sin invertir en el país. ExxonMobil subrayó que su retiro no será inmediato.
"Como operador de Sakhalin-1, tenemos la obligación de asegurar la seguridad de las personas, la protección del ambiente y la integridad de las operaciones", detalló el grupo. "El proceso de cierre de las operaciones deberá estar gestionado cuidadosamente y estará coordinado con los copartícipes con el fin de asegurar que se ejecute de forma segura", agregó.
El proyecto Sakhalin-1 es el único proyecto importante en el que ExxonMobil estaba presente en Rusia, pues el grupo se había retirado de dos empresas conjuntas tras la imposición de sanciones previas contra Rusia en 2014.
El consorcio indicó en su sitio en internet tener oficinas en Moscú y San Petersburgo, con unos 1,000 empleados.
ExxonMobil anuncia una mayor reducción estructural
Poco después de sumarse al éxodo de empresas que abandonan sus proyectos en Rusia, la petrolera estadounidense también dijo que reducirá su estructura de costos más allá de lo previsto para potenciar sus ganancias futuras.
La compañía, que el año pasado volvió a la senda de los beneficios tras aplicar fuertes recortes, dijo en una nota que para el final de 2023 habrá ahorrado 9,000 millones anuales en costos, 3,000 más de lo previsto, lo que le permitiría duplicar sus ganancias prepandemia en 2027.