El principal destino del petróleo crudo es Europa, con Holanda y Alemania como sus más grandes compradores. Pero América y Asia también figuran como dos destinos importantes. Rusia solía enviar alrededor del 7% de sus exportaciones de crudo a Estados Unidos. Y en Asia tiene grandes clientes, con China y Corea del Sur como los primeros en la lista.
El estimado de Energy Intelligence dice que en la primera semana de marzo –durante los primeros días del conflicto armado y aun sin que las sanciones fueran evidentes– las exportaciones de crudo desde Rusia cayeron a 1.6 millones de barriles diarios, desde aproximadamente 4.7 millones de barriles comercializados antes del inicio de la ocupación rusa.
Los barriles de petróleo ruso que actualmente están siendo comercializados son aquellos que fueron comprados antes de la ocupación de Ucrania.
El temor de compra no sólo se ha quedado en Occidente, aunque esta región es la más afectada porque algunas de sus refinerías funcionan con la mezcla rusa. Países del mercado asiático también ya tienen algunos temores y han decidido reducir sus compras, explica Abhi Rajendran, una analista de Energy Intelligence con sede en Nueva York. Las empresas están preocupadas por probables daños a su reputación o a su perfil crediticio. Hacer negocios con Rusia se ha convertido en una decisión corporativa de largo alcance.
Las compañías y los traders no quieren ser relacionados con Rusia y que se piense que están continuando con la inyección de recursos a esa economía, que podrían ser utilizados para seguir financiando la ocupación militar.
“La disrupción está viniendo de todas partes. Incluso está afectando a compradores asiáticos también, compradores de Corea del Sur o Japón y otras partes de Asia están dejando de comprar el crudo ruso porque están preocupados por las sanciones. Básicamente está impactando, en diferente medida, a compradores de todo el mundo”, dice Rajendran. Los temores se han extendido a las empresas que transportan y almacenan el crudo y a los puertos que dan acceso al producto.
En los últimos días, la cotización del Urals oil, el benchmark o punto de referencia del mercado ruso, ha cerrado 15 dólares en promedio por debajo del Brent, la principal mezcla de referencia. Pero el precio en que se ha vendido el petróleo ruso ha sido incluso menor. Muchos traders y refinadores están pidiendo descuentos a los comercializadores para cerrar las adquisiciones.
El gigante Shell compró a Trafigura un cargamento de petróleo ruso a inicios de marzo, con un descuento histórico de 28.50 dólares sobre el Brent, reportó Reuters. Después de ello la petrolera se disculpó y dijo que se retiraría de cualquier trato comercial con Rusia.
La exclusión de algunos bancos rusos del sistema SWIFT también está complicando la compra de crudo ruso. La red utilizada para las transacciones con dólares desde instituciones bancarias de todo el mundo es determinante para las exportaciones.
El petróleo ruso, como el resto de mezclas, se comercializa en dólares o en otras divisas de fácil conversión a la moneda estadounidense. Esto necesita de alguna manera de participación de los bancos estadounidenses y pocos están dispuestos a fungir como intermediarios. Algunas compañías que hacen negocios con Rusia también se están quedando sin garantías por parte de muchos bancos y eso también limita las transacciones.
Los analistas piensan que las sanciones de Occidente podrían crear una gran oportunidad para la participación china. Esta semana Bloomberg dio a conocer que el gobierno chino está entablando conversaciones, aunque aún en una fase muy temprana, para adquirir participación en algunas empresas rusas de crudo y metales. Un movimiento que podría dar al país asiático las materias primas para continuar su crecimiento y a Rusia el flujo de efectivo que necesita en este momento debido a las sanciones.
La salida de grandes empresas europeas de Rusia, como la británica BP y la estadounidense Shell, están aumentando las oportunidades del gigante asiático.
China, que es el cuarto importador de petróleo ruso, también podría incrementar sus compras del producto, pero un cambio fuerte en el patrón de compra no se hace de un día a otro y mucho menos a los altos precios actuales del petróleo, dice el analista de Energy Intelligence. “Ellos están comprando, pero no es que estén comprando como locos, más ahora que los precios están tan altos”, explica. “Esto no es 2020, cuando los precios estaban tan bajos, que podías sacar ventaja de una buena manera, ahora solo estás comprando el petróleo indispensable. No es un cambio rápido para nuevos compradores”.
Los mercados han comenzado a bajar sus temores sobre una posible escasez de crudo, sobre todo para la región europea. Los precios de las principales mezclas cayeron en la segunda parte de la semana después de haber alcanzado precios máximos desde julio de 2008.
Pero aunque ahora mismo las sanciones a Rusia se redujeran, los compradores tardarían un tiempo en volver y la dinámica mundial de compras tendría sí o sí una recomposición. “Esta situación se mantendrá por un buen tiempo. El mercado no se repondrá en un corto plazo, aunque las sanciones se quiten, pasará un tiempo para que vuelvan los compradores. Si es que vuelven”, dice Rajendran.