Honda comenzó a ensamblar en su planta de Celaya, Guanajuato, una actualización de su crossover HR-V, cuya producción arrancó en el complejo en 2015. Pero a diferencia de lo que pasaba entonces, ahora la planta mexicana enfrenta diversas disrupciones en las cadenas de suministro, desde la falta de semiconductores hasta el encarecimiento de varios insumos.
Este particular contexto hizo que el arranque de la producción de la nueva generación del modelo requiriera de "una minuciosa planeación" -según dijeron ejecutivos de Honda- con el objetivo de que no se detuvieran las líneas de producción. “Habrá días en que se tendrá que hacer un ajustarse, pero la idea es no parar la planta nunca", dijo Fernando Maqueo, gerente de relaciones públicas de Honda de México.
La producción, que comenzó a finales de abril, corre a un ritmo de 720 unidades al día; no obstante, la capacidad instalada permite alcanzar hasta 800 unidades diarias.
Honda ha emprendido distintas estrategias para sortear los cuellos de botella, a los que se han enfrentado la mayoría de las plantas armadoras. "A nivel general, en la región de Norteamérica, gestionamos continuamente todo el suministro que hay. Sabemos que hay diversas afectaciones por el Covid, de (tráfico) de puertos y demás, pero todo el tiempo las áreas de manufactura, operaciones y compras trabajan en conjunto para reducir los impactos”, aseveró.