"Las marcas de su cartera son a su vez un poco más antiguas y no ofrecen el brillo que el cliente contemporáneo está buscando", dijo Thomai Serdari, profesor de marketing en la Universidad de Nueva York.
La empresa también se ha visto afectada por problemas de suministro, agravados por la pandemia de COVID-19. La escasez de productos resultante fue otro factor importante que le llevó a la quiebra, y los analistas han dicho que es poco probable que se resuelva a corto plazo.
Por contra, su competidor y propietario de CoverGirl ha ganado cuota de mercado invirtiendo con fuerza para mejorar los suministros.
"Nuestra desafiante estructura de capital limitó nuestra capacidad de navegar por los problemas macroeconómicos", dijo Debra Perelman, presidenta ejecutiva de Revlon desde mediados de 2018 e hija de Ron Perelman, quien es dueño de su accionista mayoritario, MacAndrews & Forbes.
La quiebra de Revlon
Las acciones de Revlon cayeron 44% el jueves tras la presentación de la quiebra, antes de revertir el rumbo y cotizar con un alza del 10%. El valor de mercado de los papeles se había reducido a la mitad entre el jueves pasado y el cierre del miércoles. Los medios ya habían informado de una posible declaración de quiebra el viernes.
Revlon, que empezó vendiendo esmalte de uñas, fue vendida a MacAndrews & Forbes en 1985 y salió a bolsa 11 años después. Compró Elizabeth Arden en una apuesta por el cuidado de la piel de 870 millones de dólares en 2016 para defenderse de la competencia. También alberga marcas como Britney Spears Fragrances y Christina Aguilera Fragrances.
No obstante, las ventas de la compañía bajaron a lo largo de los años y en 2021 cayeron un 22% respecto a sus niveles de 2017. Revlon tenía una deuda a largo plazo de 3,310 millones de dólares al 31 de marzo.