Nuevos dueños y nuevas acciones
Uno de los principales cambios que dejó el Capítulo 11 para Aeroméxico se dio en su estructura accionaria.
Antes de la pandemia la aerolínea estadounidense Delta Air Lines era la mayor accionista de la compañía, con un 49% del capital social de la compañía. Mientras, el resto se distribuía entre otros accionistas, inversionistas y consejeros entre los que se encontraban empresarios como Eduardo Tricio Haro, Valentín Diez Morodo y Antonio Cosío Pando, entre otros.
Tras las negociaciones para la entrada de nuevo capital por 4,266 millones de dólares (mdd), la firma Apollo Global Management se convirtió en el mayor accionista de la aerolínea con 22.38% de las acciones, seguido de Delta, que disminuyó su participación a 20%.
Además, un grupo de empresarios mexicanos conformado por accionistas ya existentes –Eduardo Tricio Haro, Valentín Diez Morodo, Antonio Cosío Pando y Jorge Esteve Recolons– tiene una participación de 4.10%, mientras el resto está conformado por nuevos inversionistas y acreedores, entre los que también se encuentran las firmas The Baupost Group, Silver Point Capital, Oaktree Capital Management y otros fondos que formaban parte del grupo ad-hoc de acreedores.
Con la entrada de más accionistas y nuevo capital, las más de 682 millones de acciones de la aerolínea que se encontraban en circulación se diluyeron hasta representar menos del 0.1% del nuevo capital de la aerolínea, conformado por más de 682 billones de acciones.
Para entender cómo se reflejó este cambio en el precio de las acciones, es importante considerar que las acciones actuales de Aeroméxico no son las mismas que había antes de su reestructura.
Antes de completar su reestructura, las acciones de la aerolínea habían oscilado en el umbral de 15 pesos por título, que disminuyó a un rango de 5 a 7 pesos con el estallido de la contingencia sanitaria, e incluso se cotizaron a menos de 1 peso en los meses previos a la entrada del nuevo capital.
Con el cierre de su reestructura y los efectos de la entrada del nuevo capital ejecutándose, las nuevas acciones entraron en circulación a un precio de poco más de 389 pesos por acción. Sin embargo, las antiguas acciones de la aerolínea se diluyeron, y no recuperaron su valor.
Cambios en el consejo de administración
La reestructura de Aeroméxico también trajo cambios en el consejo de administración de la compañía, con algunos nombres que se mantuvieron, así como nuevas designaciones.
Mientras directivos como Javier Arrigunaga, Andrés Conesa y Antonio Cosío Pando se mantuvieron en la nueva junta, otros como Glen Hauenstein, Lee Moak, Andrés Borrego y Marrón, Bogdan Ignashchenko, Antoine George Munfakh se agregaron al consejo de administración.
Esto se dio como consecuencia de las nuevas designaciones a las que tenían derecho los nuevos accionistas, con lo cual cuatro directores fueron asignados por los inversionistas mexicanos, dos por Delta Air Lines, uno por Banamex –que, como fideicomisario del fideicomiso irrevocable, ejerció una elección voluntaria de conversión de capital–, dos por el fondo Apollo, y dos por el grupo de acreedores conocido como BSPO Investors y tenedores de bonos.
La posición financiera post Capítulo 11
Para valorar los efectos de la pandemia y la posterior reestructura de Aeroméxico, basta dar un vistazo a los activos y pasivos de la compañía.
Al cierre de 2019, la aerolínea registró activos totales por 100,988 millones de pesos (mdp), y un pasivo total de 95,211 mdp, del que 41,680 mdp era pasivo de corto plazo y 53,531 mdp de largo plazo.
Con la entrada de nuevo capital y los compromisos asumidos durante su reestructura, Aeroméxico cerró el 2021 con activos totales por 86,848 mdp (un 14% inferior a 2019) y pasivos por 141,354 mdp, 48% más que en 2019.
De los pasivos con los que la aerolínea contaba al cierre de sus últimos estados financieros, 99,381 mdp eran pasivos de corto plazo y 41,973 mdp de largo plazo.