Desde entonces, ha creado una lista de reproducción que coincide con las diferentes etapas del día, poniendo música enérgica cuando quiere que los cerdos estén activos y canciones de cuna al final del día.
"Las canciones alegres son las que más éxito tienen. Empiezan a mover la cola y, cuando es muy dinámica, incluso se ponen a retozar. La música rock es demasiado fuerte, no les gusta", dijo Paesmans.
El granjero avisó a un equipo de investigadores que ha conseguido 75,000 euros (76,770 dólares) de financiación de un fondo de la UE y de la región belga de Flandes para investigar las afirmaciones.
Según el coordinador del proyecto, Sander Palmans, no se sabe mucho sobre la reacción de los cerdos a la música, pero la experiencia de Paesmans coincide con los conocimientos existentes sobre los efectos de los sonidos en general en los animales.
"No cabe duda de que hay un efecto de ruidos específicos en los animales. Así que es muy posible que la música tenga el mismo efecto", dijo, y añadió que podría ayudar a aliviar el aburrimiento, que se ha relacionado con el estrés.
Según Paesmans, los resultados podrían tener repercusiones prácticas para la industria, ya que la calidad de la carne se ve afectada por el estrés de los animales.
"Un deportista de élite debe estar en plena forma física, pero también mental. Y lo mismo ocurre con los cerdos. Cuando se sacrifican, se puede ver cuando han tenido demasiado estrés(...). Es muy importante para la calidad de la carne".
Los resultados de la investigación se esperan para finales de año.