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La inflación y el regreso a las oficinas golpean a 'los alimentos saludables'

Los altos precios de los bienes y servicios, combinado con el retorno a la normalidad borran los avances en los cambios alimenticios, más saludables, que se generaron durante la pandemia.
lun 08 agosto 2022 05:00 AM
(Gente desayuna en un puesto de comida, ubicado en la calle de Eje Central. CDMX)
Con el relajamiento de las medidas sanitarias y el reciente fenómeno inflacionario, la oportunidad para que algunas categorías que tomaron fuerza durante la pandemia logren una mayor penetración en todos los hogares mexicanos se desdibuja.

Elvia Rangel empezó a comprar productos sin azúcar y con menos grasas saturadas para sus hijos de dos y 12 años en 2020. Lo hizo tras empezar a seguir a un pediatra en redes sociales que compartía y comentaba información alimenticia en medio del confinamiento sanitario que buscaba reducir la curva de contagios de covid-19. “Vi cómo productos tan comúnmente consumidos, como la gelatina de vasito, contienen entre tres y cuatro cucharadas de azúcar”, comenta la madre de familia de 34 años.

Pero eliminar la gelatina azucarada de la dieta de sus hijos no fue el único cambio que Rangel hizo en su lista de compras tras la llegada del virus. También optó por sustituir los alimentos con más de dos sellos en su etiqueta, como las galletas; introducir frutas naturales en algunas recetas, como plátano en los hotcakes, y experimentar con el arroz de coliflor.

La historia de Rangel no es aislada. Al principio de la pandemia, las personas encuestadas a nivel global por la consultora EY para la elaboración del Índice sobre el Futuro del Consumidor consideraron que ‘la manera de comer’ sería uno de los mayores cambios que harían en sus hábitos como resultado del Covid-19.

En México, esta tendencia se vio avivada tras la implementación de una nueva norma de etiquetado de los alimentos que entró en vigor en octubre de 2020. De la noche a la mañana, 90% de los productos en los anaqueles tenían, por lo menos, un sello que advertía sobre un alto contenido de calorías, sal, azúcar o grasa, o, incluso, leyendas sobre cafeína o edulcorantes.

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Los alimentos 'sin sellos' y orgánicos florecieron en 2020

Yanira Reyes, líder de Analytics de Nielsen IQ, comenta que en medio de la repentina búsqueda de una alimentación más saludable hubo categorías que registraron crecimientos de doble dígito durante los meses de confinamiento. Según Nielsen, las ventas de alternativas a la carne fresca a base de plantas incrementó a doble dígito. También hubo un creciente interés por las marcas socialmente responsables y los productos locales, mientras que aquellos alimentos y bebidas que tenían una imagen saludable, y que tuvieron que colocar dos sellos o más en el empaque, sufrieron un golpe.

Las grandes empresas de alimentos y bebidas rápidamente ajustaron su oferta de productos, ya sea lanzando nuevas presentaciones hechas a base de proteína vegetal o ajustando algunas fórmulas para reducir la cantidad de sodio, azúcar o grasa. Hacia finales de 2020, la proporción de productos sin sellos o con un sello era de 30% del total; mientras que ahora se ha elevado por arriba de 35%, de acuerdo con la medición de Nielsen IQ. “Las empresas se dieron cuenta de que el desempeño de sus productos (con varios sellos) estaba siendo menor. Siete meses después de la implementación prácticamente 20% de los fabricantes habían reducido un sello en sus empaques”, dice Reyes.

Nestlé y Kellogg's incorporaron a su portafolio cereales de caja sin sellos de advertencia, mientras que PepsiCo realizó una reformulación en 70% de sus productos. Hasta ahora ninguna de las dos empresas ha revelado las inversiones en este rubro.

Bimbo también hizo reformulaciones a 82% de su portafolio. Días antes de la implementación del etiquetado, la compañía anunció que sus principales productos, es decir el pan de caja y los bollos, no tendrían sellos, mientras que habría versiones sin sellos en las categorías de pan tostados, productos para empanizar y tortillas de harina. Arca Continental, por su parte, presentó en junio de 2021 una versión de Coca-Cola sin azúcar.

Pero tras el relajamiento de las medidas sanitarias y el reciente fenómeno inflacionario, la oportunidad para que algunas categorías que tomaron fuerza durante la pandemia logren una mayor penetración en todos los hogares mexicanos se desdibuja. Yanira Reyes, de Nielsen IQ, detalla que, desde la implementación del nuevo etiquetado en octubre de 2020 hasta la fecha, los productos sin sellos registraron un alza de 6% en valor -porque su precio es mayor-, aunque en volumen acumulan una caída de 1%.

“No son tendencias que puedan ser adoptadas por toda la población, porque son marcas en las que generalmente vemos un sobreprecio y dadas las condiciones económicas del país, estamos lejos de que pueda haber una masificación de esas tendencias”, dice Reyes. “Aunque vemos disposición de compra por arriba de 20 puntos en estos productos, mantendrán una penetración por debajo de 10% (de los hogares). A lo mejor, en otras condiciones, habría un terreno mucho más fértil para este tipo de productos”, añade.

El regreso a la normalidad... Y a la comida callejera y calórica

Aunque este año la conversación en internet aún apuesta por formas de alimentación más saludables -datos de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO) muestran que la discusión sobre cereales y granos tienen una proporción de 34% de las pláticas sobre alimentos, seguidas por 20.6% de publicaciones relacionadas con frutas-, las viejas tendencias y hábitos en la alimentación regresan como un boomerang.

Adrián Ávalos, Out Of Home & Usage Food Manager de la división Worldpanel de Kantar México, comenta que con el regreso a las oficinas y a las escuelas las tendencias de consumo, también vuelven los hábitos de alimentación que se tenían en 2019. “Vemos que el tema de salud se va haciendo cada vez menos relevante: la economía mexicana no está bien y la gente ha optado por tratar de alimentarse con lo que puede pagar”, declara el especialista.

Los sellos octogonales que advierten sobre el alto contenido en azúcares, grasas y sodio en alimentos y bebidas no alcohólicas han dejado de ser el principal criterio de decisión de compra. “El etiquetado en realidad no modificó de forma masiva la forma en la que los mexicanos tomamos las decisiones de compra”, añade el especialista.

El 24% de los mexicanos reconoce en una encuesta de la firma de investigación de mercados y análisis de datos YouGov que no ha visto cambios en su conducta alimentaria en casa en el último año, mientras que los análisis de la consultora Nielsen IQ demuestran que el consumo de las botanas, confitería, chocolates y golosinas se ha mantenido estable en estos dos últimos años, independientemente de los sellos, porque los consumidores en realidad no se sorprendieron al saber que una bolsa de papas fritas tenía dos o tres sellos y tampoco esperaban una reducción en los mismos.

En el caso de las bebidas, según el estudio de la AMVO, hoy el mayor número de publicaciones es en torno a bebidas alcohólicas, con 50% de la conversación, y en segundo lugar sobre café, con 34%. Casi nadie habla sobre la importancia de beber agua, al menos no en internet.

A la hora de hacer el súper, Elvia Rangel asegura que aún considera los sellos nutrimentales como guía para los alimentos de sus hijos, y cuenta que dejó de consumir aquellos productos con más de dos sellos de advertencia nutrimental. Fuera de su carrito quedaron los jugos de frutas procesados y dulces, y cambió de marca de yogur y miel, pero admite que volvió a comprar chocolate y crema de avellanas.

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