“Una coyuntura favorable”
Esto cambiaría meses después cuando, a principios de 2020, la marca informó que, debido a las nuevas leyes de emisiones en Europa, el Jimny ya no se vendería en ese mercado. Al menos no en su configuración actual para cuatro pasajeros. Eso abrió la posibilidad de que el corporativo finalmente pudiera asignar unidades al mercado mexicano, que desde el lanzamiento de 2018 había levantado la mano.
“Europa estaba consumiendo Jimny a unas velocidades brutales”, dice Erick Gonzalez, gerente de Mercadotecnia de Autos en Suzuki Motor de México. Pero cuando ocurrió el endurecimiento de las regulaciones en Europa, la filial mexicana de Suzuki dijo al corporativo que en el mercado local podría vender más de 1,000 Jimnys al mes. Entonces -cuenta González- el razonamiento fue: tengo esto ya fabricado y México está pidiendo más unidades. “Fue una coyuntura favorable”, comenta.
Finalmente, la planta japonesa encargada de producir el modelo asignó un primer lote de 1,000 unidades al mercado mexicano y en noviembre de 2020 Suzuki organizó una preventa digital. Cada Jimny tenía un precio que iba de los 404,990 a los 424,990 pesos, dependiendo de la transmisión y nivel de equipamiento. Ese primer lote se agotó en menos de 72 horas.
A esa primera preventa siguió otra un mes después: pero ese segundo lote de 1,000 unidades se agotó en solo tres horas.
Suzuki Jimny
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La estrategia de lanzamiento de Jimny fue atípica para un modelo de línea: una preventa limitada a 1,000 unidades. Los modelos se agotaron en menos de tres horas.
Cortesía.
La marca desarrolló un micrositio para realizar sus preventas, que además se convirtió en una fuente de información sobre las preferencias de los consumidores mexicanos respecto al modelo. “Déjanos tus datos y te notificaremos en cuanto tengamos vehículos Jimny disponibles”, pide la marca a los clientes que no alcanzaron a registrarse en alguna de las preventas, pero que tienen interés en adquirir un Jimny.
La información recabada permite a la marca darse una idea de qué especificaciones -tipo de transmisión y color- busca el mercado mexicano, y basarse en ellas para hacer el pedido del siguiente lote a la planta. Hoy la configuración más pedida es la transmisión automática en color gris.
“Un romance que no para”
Hasta ahora, la marca japonesa ha vendido unas 6,500 unidades del todoterreno vía preventas, convirtiendo a la estrategia de comercialización en un éxito al interior de la marca. Bajo este esquema, Suzuki ha logrado comercializar en menos de una hora el equivalente a una tercera parte de sus ventas totales de un mes. No es un logro menor considerando que se trata de un modelo de nicho.
“El perfil de comprador de Jimny no es el que está buscando su primero o su segundo auto, hemos visto que llega a ser el tercero o cuarto coche de una familia, porque no es un modelo enfocado en resolver la movilidad cotidiana… Es el capricho que te puedes dar”, dice González.
¿En algún momento Jimny se convertirá en un modelo de línea dentro del catálogo de la marca? No, por ahora. Las disrupciones en la cadena de suministro global y el regreso de Jimny al mercado europeo en una variante de dos plazas dificultan a la planta japonesa encargada de producir el modelo poder garantizar un inventario constante.
“Vamos a seguir trayendo unidades a México, no con la velocidad que nos gustaría, pero la oferta no va a parar”, asegura González. “Jimny sigue siendo un producto del que hay lista de espera en otros países. La respuesta que tenemos de los clientes sigue siendo una locura”, añade.
Algunas de las primeras unidades que se vendieron en la primera preventa realizada en el mercado mexicano, y que han sido accesorizados, ya se ofertan al triple de su valor inicial. “Este es un fenómeno que difícilmente se puede observar con otro modelo… El romance entre el mercado mexicano y Jimny no para”, asegura el directivo.