“Tratamos de bajar el costo de nuestros dispositivos (…) Lo hemos visto con el 4G, donde dos años después de su lanzamiento vimos que los precios de los teléfonos bajaron por las economías de escala, y esperamos que con 5G esto suceda. Pero, sin duda, una gran solución para aceleración de la adopción de tecnologías en zonas rurales para cerrar la brecha digital es que estos dispositivos pueden ser subsidiados”, explica Chafic Nassif, presidente de Ericsson para Latinoamérica y el Caribe.
Esta es una estrategia utilizada por otros gobiernos alrededor del mundo. Los gobiernos de Europa, América y Oriente Medio, así como Japón y Corea del Sur, que fueron los primeros en impulsar la 5G, han ideado políticas de apoyo y subsidios para impulsar la construcción de la red 5G. Corea del Sur, por ejemplo, ha reducido los impuestos sobre el despliegue de 5G en un 3 % para respaldar las aplicaciones de 5G en industrias verticales.
Los países de Medio Oriente como los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Kuwait han invertido para construir ciudades inteligentes basadas en 5G, mientras que Estados Unidos está subvencionando 20,400 millones de dólares para respaldar la cobertura de banda ancha en las zonas rurales. Alemania está invirtiendo 20,000 millones de euros para construir estaciones base 5G.
Aunque la mayoría de los incentivos destinados por otros países están enfocados en subsidiar el despliegue de redes e infraestructura –subsidio de construcción de redes, el apoyo a la cobertura de banda ancha rural y la financiación de aplicaciones de la industria vertical–, y no tanto en los dispositivos, Enrique Yamuni, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti), asegura esta opción es necesaria para que las personas no queden rezagadas de las nuevas tecnologías y puedan desarrollar habilidades tecnológicas, por lo cual su subsidio tendría que ser del gasto público.
“(El acceso a tecnologías) no es un problema de disponibilidad de la red, es un problema económico, porque tenemos que entender que el dinero público tiene que ir a subsidiar a las personas más desprotegidas para cortar nuestra brecha digital”, señala Yamuni.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2020, en México 88.2 millones de usuarios de seis años o más tienen un teléfono celular, es decir, el 75.5% de la población. El 24.5% restante aún no tiene acceso a este tipo de tecnología.
Además, al segundo trimestre de este año, poco más de la mitad de la población aún utilizaba teléfonos con tecnología 3G, de acuerdo con datos de la consultora The Ciu.
Este año, legisladores e incluso empresas como América Móvil han señalado que la única forma de acortar la brecha de acceso es creando políticas o programas sociales para que las personas con menores recursos puedan comprar u obtener smartphones para continuar sus estudios o para integrarse al mundo digital.
Otras experiencias internacionales, sin embargo, han logrado la masificación de la tecnología mediante subsidios indirectos. Corea del Sur, el primer país en anunciar la comercialización de 5G, ha acumulado 2.5 millones de usuarios de 5G. El gobierno subsidia la instalación de la infraestructura, mientras que los operadores no escatiman en gastos en la implementación de 5G y algunos ofrecen a sus clientes reembolsos del 50% por compras de teléfonos inteligentes 5G.