“México ha sido muy exitoso en esta competencia para atraer nómadas digitales, algo que muchos países en el mundo están ávidos por hacer”, explica el directivo en entrevista con Expansión. “México tiene ventajas competitivas en cuanto a su cercanía con Estados Unidos, y tener una franja horaria similar”.
Dentro del total de las reservas, el 80% restante se compone de estadías inferiores a 28 días.
Además de un crecimiento del segmento de nómadas digitales, el gasto de los huéspedes en México repuntó un 46% en 2021 en comparación con 2019, con lo cual fue superior en 2,500 millones de dólares respecto de los niveles prepandemia, según datos de Oxford Economics.
En paralelo, el gasto indirecto en los destinos mexicanos muestra una mayor proporción en comparación con el gasto directo realizado en la plataforma.
Por cada 10 dólares gastados en alojamiento, los huéspedes de Airbnb gastaron 39 dólares adicionales en otros negocios durante su viaje. Además, según datos de Oxford Economics, el gasto asociado con 1,000 estancias durante un año impulsa directamente la creación de 10 empleos en México con sueldos, salarios y otros ingresos por un total de 108,000 dólares, excluyendo los ingresos del anfitrión.
Estos empleos se dan en sectores como el restaurantero, tiendas, proveedores de transporte y otros servicios y atracciones.
“México juega un papel importante a nivel mundial. Es una potencia turística, no cerró fronteras y esto le dio una gran ventaja competitiva, pues hay una alta competencia internacional de viajeros. La recuperación ha sido más que completa en comparación con 2019”, dice Terral.
Airbnb y el pago de impuestos en México
El esquema de Airbnb ha sido señalado en diversas ocasiones por los hoteleros por no estar sujeto a gravámenes propios de la actividad de alojamiento, como la recaudación del Impuesto Sobre el Hospedaje, un cobro que varía entre un estado y otro, y cuyos recursos se destinan a la promoción de los destinos.
Actualmente Airbnb recauda este impuesto en 10 entidades: la Ciudad de México, Quintana Roo, Baja California, Oaxaca, Baja California Sur, Yucatán, Sinaloa, Estado de México, Jalisco y Sonora. Aunado a ello, la plataforma asegura que busca seguir trabajando con las autoridades estatales para continuar con el gravamen de sus actividades.
“Es muy importante ser un jugador responsable y proactivo en este ecosistema del turismo. Tenemos muy claro lo importante que son los impuestos de los gobiernos de los destinos donde operamos”, dice Terral. “Hemos sido proactivos desde el día uno en acercarnos con los estados y desarrollar estos acuerdos para facilitar la recaudación del Impuesto Sobre el Hospedaje”.
A la fecha, Airbnb asegura estar trabajando en soluciones para que la plataforma retenga automáticamente el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el Impuesto Sobre la Renta (ISR), que también ayudaría a la atracción de más anfitriones al facilitar la parte impositiva.
“Vamos a seguir trabajando. Esto es un trabajo que se tiene que hacer a la medida con cada estado, que tiene un marco regulatorio impositivo existente. Hay que hacer un trabajo en equipo con las autoridades locales para adaptarlo a la realidad de la economía digital y de estas nuevas plataformas”, concluye el directivo.