Grupo Bimbo anunció que había recibido la autorización para la venta de Ricolino, empresa con la que entró al segmento de la confitería en 1970. Con la venta de esta división de negocio, anunciada en abril, la mexicana busca centrarse en el negocio de la panificación y los snacks.
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"La venta de Recolino fue una decisión estratégica para poder enfocarnos más en nuestras dos industrias principales, la industria de panadería, y el negocio de snacks. Confitería no estaba contemplado dentro de esta estrategia", dijo Daniel Servitje, director general de Grupo Bimbo, en una conferencia con analistas la semana pasada.
El dueño de la panificadora adelantó que no consideran la venta de otros negocios o la salida de alguno de los mercados en donde tienen presencia.
La transacción, que ascendió a 27,000 millones de pesos (unos 1,367 mdd), no incluye las marcas y el negocio de Ricolino en Nicaragua y Honduras.