En la práctica, Upside Foods todavía tiene muchos obstáculos que superar, incluidas las inspecciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, antes de poder vender sus productos.
La FDA ha evaluado "cuidadosamente" los datos y la información proporcionada por la compañía sobre sus métodos y "no tiene preguntas adicionales en esta etapa sobre sus conclusiones en términos de seguridad", dijo la autoridad reguladora alimentaria en su propio comunicado de prensa.
Pero "esta consulta no constituye un proceso de aprobación", especificó la agencia.
Varias startups tienen como objetivo producir y comercializar la llamada carne de "laboratorio" o artificial, para permitir que los humanos consuman proteínas animales con un menor impacto en el medio ambiente que el de la agricultura intensiva, y sin sufrimiento animal.
Estos productos difieren de los sustitutos a base de plantas, como los "filetes" a base de soja y otros ingredientes que imitan la textura y el sabor de la carne, pero no contienen proteína animal.
La startup Eat Just, competidora de Upside Foods, fue la primera en recibir autorización para comercializar carne artificial, en Singapur, en 2020.
En mayo pasado, llegó a un acuerdo con un fabricante de equipos para desarrollar tanques gigantes donde espera producir pollo y carne de res a gran escala.
A la espera de poder servir a los humanos carne de laboratorio -por el momento muy complicada y muy costosa de producir-, otras empresas quieren conquistar el mercado de alimentos para mascotas, a priori menos difícil de satisfacer que sus dueños.
Bond Pet Foods, una empresa nueva de Colorado, está creando proteína animal a partir de un proceso de fermentación microbiana para alimentar perros sin matar vacas o pollos.