Quitar toda la red que actualmente está tejida en los postes para colocarla en el subsuelo requiere abrir ductos, taparlos y pavimentar, entre otros procesos. Esto puede llevar meses e incluso años. Y en ese tiempo los consumidores pueden quedar desconectados o experimentar intermitencias por la migración de la red.
El Instituto del Derecho de las Telecomunicaciones (IDET) ha advertido que el reordenamiento impactará en los precios de los servicios de conectividad, debido a que las empresas buscarán recuperar la inversión que les implicará enterrar sus redes.
Soterrar la infraestructura costaría casi 60% de las inversiones totales destinadas a las telecomunicaciones de 2021, señaló en noviembre la consultora The Ciu.
“En el caso de la industria de telecomunicaciones, no puede concebirse justificación ni utilidad para comprometer los recursos que se requerirían, si al final ese costo podría ser absorbido por los usuarios y perjudique el acceso a las tecnologías y a una agenda de inclusión digital, fundamental para el avance del país”, apunta la Canieti.
Sólo en la Ciudad de México actualmente hay 14,000 kilómetros de cables desplegados –de luz y servicios de conectividad– y ponerlos bajo tierra implicará una inversión de 46,200 millones de pesos, equivalentes a 59% del dinero que inyectaron las empresas de telecomunicaciones en 2021, de acuerdo con estimaciones de la consultora The Ciu.
La Cámara y la alcaldía Álvaro Obregón firmaron un convenio el 7 de noviembre para empezar el reordenamiento del cableado en dicha demarcación de la Ciudad de México. El acuerdo establece las bases de colaboración y coordinación para la implementación de trabajos de ordenamiento y limpieza del espacio público ocupado por infraestructura de telecomunicaciones.
Esto implicará determinar los polígonos o zonas específicas a ser intervenidas; la calendarización de los trabajos; la coordinación de recorridos conjuntos y el retiro de cables de telecomunicaciones sin servicio y en desuso, previa identificación del cableado objeto de intervención; el reacomodo de cables; así como la poda de árboles a cargo de la alcaldía. Sin embargo, en Guadalajara aún no se delinea un plan para reordenar el cableado.