“La idea es que la empresa sea cada vez más atractiva para la gente y no solamente atraerlos, sino retenerlos y enamorarlos, pero digamos que es como una religión: tienes que practicarlo diario hasta que ya se te queda y ese es el gran reto", afirmó Armando Zúñiga.
De este modo, agregó, es esencial lograr que la estrategia fluya de la presidencia hacia la dirección general, después a las direcciones, gerencias, supervisión y a toda la parte administrativa y operativa. Aunque, el desafío es que realmente llegue a la gente operativa, los Técnicos en Seguridad Patrimonial (TSP).
Por ello, en Grupo IPS promueven valores como la confiabilidad, profesionalismo y el aspecto familiar en sus colaboradores, para lo cual cuentan con programas que fomentan la unión y que se llevan a cabo en los hogares del personal, así como convivencias en parques.
En entrevista, Zúñiga Salinas destacó que en Grupo IPS tienen un principio filosófico: “Si tú haces felices a tus colaboradores, tus colaboradores se van a encargar de hacer felices a tus clientes”.
Por esta razón, sus oficiales de seguridad están en el centro de la compañía y, para que sean felices, los escuchan, los atienden, cuidan su nómina, procuran que tengan todo lo necesario para desempeñar su labor y que sientan que la organización realmente se interesa por ellos. Al final del día, lo anterior se refleja en el servicio al cliente.
Igualmente, para Grupo IPS, es crucial la dignificación de la labor de los guardias de seguridad, por lo que ratifican su compromiso primero, al profesionalizarlos, capacitarlos, brindarles un sueldo digno y prestaciones.
“La dignificación es algo fundamental no solo en nuestra empresa, sino también en el sector. Desafortunadamente, yo creo que más de la mitad del mismo, sobre todo de vigilancia —que nosotros los conocemos como oficiales de seguridad que trabajan en condominios— no cuentan con prestaciones, tienen salarios muy bajos y carecen de capacitación”, mencionó.
Sin embargo, comentó que hay un círculo vicioso en el que algunas compañías contratan los servicios de seguridad más baratos, pero a costa de los sueldos. El gran reto es concientizar a los usuarios para que paguen precios justos y que las empresas también puedan ofrecer salarios justos a su personal, ya que aproximadamente solo el 10% del mercado cubre una remuneración apropiada por estos servicios.