El fabricante japonés ensambló el modelo Renault Clio –que compartía plataforma con Nissan Platina– en su planta de Aguascalientes en la década del 2000, y luego hubo algunas unidades del Renault Senic y de la pickup Renault Alaskan –que comparte plataforma con Nissan Frontier– producidas en la planta de Cuernavaca, Morelos.
Desde entonces, no hubo nuevos modelos del fabricante francés asignados a las plantas de Nissan en México. Pero ahora que ambas marcas decidieron renovar su alianza y reactivar las iniciativas comerciales e industriales iniciadas hace 24 años, Nissan nuevamente fabricará un modelo para Renault.
Aún no hay nada definido sobre el nuevo modelo que se comenzará a producir a partir de 2026. “Tengo reuniones casi todos los días sobre el tema. Tenemos que hacer un análisis a profundidad, hay que asegurar que elegimos el modelo correcto. Tenemos que analizar cada segmento de mercado para ver en dónde están los espacios en donde podemos posicionarlo”, añade López.
Renault busca que el vehículo producido por Nissan haga sentido tanto en el mercado local como en el de exportación. Hasta ahora la marca solo ha descartado la producción de un modelo de entrada (entry level), y más bien buscará enfocarse en uno del segmento B, C o D, es decir, desde subcompactos hasta medianos.
“Estamos evaluando todas las opciones: combustión, híbrido, eléctrico. Todo. Realmente no tenemos ninguna restricción sobre qué tecnología o qué plataforma tenemos que usar (en México)”, dice López.
Una vez que arranque la producción, Renault prevé un mínimo de 40,000 o 50,000 unidades al año, para que “sea interesante”. Producir menos que eso -dice López- en realidad no es eficiente.
“Hasta ahora hemos sido capaces de construir un modelo de negocio rentable, pero hay que asegurar el futuro”, dice López.