El ejercicio de 2022 también supuso un fuerte salto para ASA en términos de utilidades. Mientras en 2021 las ganancias de la paraestatal fueron de 645.5 millones de pesos, en 2022 se dispararon a más de 27,000 millones de pesos, con lo que la utilidad neta se multiplicó más de 40 veces.
El salto se explica por un incremento de ventas en el rubro de ‘otros ingresos y beneficios varios’, donde se registraron 37,394 millones de pesos más que en 2021.
El crecimiento de esta unidad de ingresos se dio por una contraprestación por la cesión de derechos de cobro en el fideicomiso 80781 a favor de Nacional Financiera SNC, por 34,859.6 millones de pesos para realizar un anticipo de compra a Pemex Transformación Industrial (PTRI).
Además, derivado del pago de anticipos de compra de turbosina que realizó ASA a PTRI, se otorgó un descuento por pago de anticipo que se contempló como un ingreso por 2,504.3 millones de pesos.
Las deudas del AICM, Volaris y el AIFA
Aunque ASA disminuyó el volumen de cuentas incobrables que arrastra desde hace varios años –donde se ubican los pasivos dejados por las aerolíneas que han quebrado, como Mexicana de Aviación, Interjet y más recientemente Aeromar–, las deudas de corto plazo incrementaron por parte de algunos jugadores.
Al cierre de 2022, los pasivos incobrables de ASA disminuyeron un 10%, principalmente por algunos convenios acordados con el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), que tiene pasivos de más de 2,440 millones de pesos, y que se comprometió a pagar en el transcurso de 2023 569.4 millones de pesos, un pago que la paraestatal ya descontó del rubro de cuentas incobrables.
El calendario de pagos del monto restante, por más de 1,871 millones de pesos, será pactado en noviembre de este año.
Además, las cuentas por cobrar a corto plazo de ASA se incrementaron un 44% en comparación con el cierre de 2022, del que Volaris concentra un 52% del monto a cobrar, equivalente a más de 2,840 millones de pesos.
En este rubro, en el saldo de uno a 90 días presentó un incremento de más de 80 millones de pesos, con un saldo proveniente principalmente de una facturación abierta a cargo del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), por 58.5 millones de pesos, así como por un adeudo de TAR Aerolíneas de 8.6 millones de pesos.