¿Qué rol juega el Ferrocarril del Istmo en el Corredor Interoceánico?
El CIIT es un proyecto logístico que contempla la parte más estrecha del país, de Salina Cruz, Oaxaca, a Coatzacoalcos, en Veracruz. El Ferrocarril del Istmo es uno de los pilares del Corredor en lo que a transporte se refiere.
A través de la rehabilitación de la Línea Z –de 212 kilómetros, que va de Salina Cruz, Oaxaca, a Medias Aguas, Veracruz–, se busca crear la infraestructura necesaria para el transporte de mercancías de la mano de vías carreteras con un objetivo similar al planteado hace más de 100 años: ser un puente logístico para que la carga proveniente del océano pacífico pueda continuar su tránsito hacia Estados Unidos, sin rodear por el Canal de Panamá.
El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec está a cargo de la Secretaría de Marina por decreto desde marzo de este año, y se amplió su objeto para instrumentar una plataforma logística multimodal que integra a los puertos de Coatzacoalcos, Salina Cruz, Dos Bocas y Chiapas, y su interconexión mediante la integración de Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec.
Sin embargo, en la parte ferroviaria el gobierno federal no tenía un libre paso en toda la red, que en varios tramos estaba concesionada a Ferrosur, de Grupo México. Por ello, el pasado 19 de mayo, el gobierno federal declaró “de utilidad pública” el tramos de la líneas Z, que corren de Medias Aguas a Coatzacoalcos (por 91.219 kilómetros); ZA, que va de Hibueras a Minatitlán (de 11 kilómetros); y FA, que va de El Chapo a Coatzacoalcos (de 18 kilómetros).
La intención del presidente López Obrador es conectar esta red –por completo en manos del Ferrocarril del Istmo– con el Tren Maya, que también operará carga a partir de septiembre del próximo año.
Para Roberto Aguerrebere, coordinador del Comité de Infraestructura del Transporte del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM), la previa existencia de vías hacia Mérida y Valladolid es la prueba de que había potencial para el segmento de carga en la región del Tren Maya, que históricamente se ha visto afectada por problemas de invasión, derechos de vía y falta de mantenimiento, entre otros rubros.
“La clave está en enlazar esta parte del tren de la península, con una infraestructura ya rehabilitada y más moderna, con el resto del sistema ferroviario nacional”, explica.
Los datos dan muestra de ello. Por sí solo, el Ferrocarril del Istmo ha transportado alrededor de 0.5% de la carga nacional. De acuerdo con cifras del gobierno federal, entre 2009 y 2019 el pico de carga transportada se alcanzó en 2011, cuando el Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec movió 1.55 millones de toneladas. Entre ese año y 2019, la carga cayó a 1.32 millones de toneladas.