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La carga ferroviaria en el Tren Maya, un modelo que deja más dudas que certezas

Los directivos del proyecto esperan que la carga dote de rentabilidad al tren; sin embargo, prácticamente dependería de Pemex como cliente ante la ausencia de industrias en la región.
lun 22 mayo 2023 05:00 AM
tren maya carga
Una de las preocupaciones de los especialistas es que, ante la ausencia de industria en la región de la Península de Yucatán, los carros lleven carga a un lugar, pero tengan capacidad ociosa al regresar vacíos.

El Tren Maya ha sido vendido como la mayor apuesta del sector turístico del sexenio, pero es en el segmento de carga donde se espera que entre dinero al proyecto. De hecho, directivos de la obra consideran que la carga ferroviaria es la que dará rentabilidad al proyecto, que requerirá subsidios desde su arranque, en diciembre de este año, hasta 2030; sin embargo, la apuesta del gobierno federal por este segmento se da en una región poco industrializada, donde la carga podría tener cabida a medias.

Aunque el Tren Maya arrancará a finales de año, la carga comenzará a operar en septiembre de 2024. Según Óscar David Lozano, director general del Tren Maya, en una primera fase se espera que mueva 2 millones de toneladas al año, y, en una etapa máxima hacia 2053, que capte 12.53 millones de toneladas anuales, que representa poco más de 20% de lo que Ferromex –la mayor ferroviaria del país en términos de toneladas netas– movió el año pasado.

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Depender de Pemex

Pero cuando hablamos de carga, el Tren Maya prácticamente apuesta a Pemex. La paraestatal mexicana representa 80% de la carga que se mueve en la región, según estimaciones del propio tren, por lo que se prevé que sea el principal cliente del proyecto. Además, se prevé mover combustible, cemento, granos, perecederos y vehículos.

Para Roberto Aguerrebere, coordinador del Comité de Infraestructura del Transporte del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM), considera que el segmento de combustible en la carga ferroviaria la nueva refinería de Dos Bocas contempla la posibilidad de enviar trenes unitarios de carrotanques hacia la Península de Yucatán, con cargas en volumen, peso y frecuencia más importantes respecto a los importadores netos.

“No es menor, es muy importante. Los combustibles proceden de muy diversos embarcadores, tienen embarques y volúmenes de menores frecuencias y peso, normalmente la dinámica de las cadenas de suministro de productos manufactureros es más difícil; salvo la industria automotriz, es más difícil hacer trenes unitarios”, refiere.

El gobierno parece tener en la mira esta estrategia contemplando Dos Bocas. Actualmente la Línea FA del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, que conecta la salida sur de Coatzacoalcos con Palenque, es el punto más cercano con un ramal ferroviario hacia la refinería que el gobierno de Tabasco y la Marina tienen en puerta.

Sin embargo, esta estrategia implica el riesgo de depender prácticamente de un solo segmento, y que va en decaída, pues el uso de combustibles fósiles va a la baja a nivel mundial, lo que se suma a que el Tren Maya se desplazará en un área poco industrializada que representa un reto para el modelo de negocio de un tren de carga.

No puedes vivir sólo de un cliente. El uso de combustibles va a ser cada vez menor, eso hace pensar que el papel que pudiera jugar Pemex sería cada vez menor”, señala Jorge Molina Larrondo, consultor en políticas públicas y profesor del Tecnológico de Monterrey. “La región es una zona que se desarrolla a nivel del turismo y los servicios, en dónde puedes más bien las oportunidades serían si se llega a desarrollar el Corredor del Istmo”.

La apuesta por el Corredor Interoceánico es tal, que el gobierno federal ordenó la ocupación temporal de las líneas Z, ZA y FA a favor del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, las cuales estaban en operación de Ferrosur.

"Para el funcionamiento eficaz de la plataforma logística, es imperativo tener el control y administración de todas las líneas ferroviarias que comprenden el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, entre los que se encuentran los tramos hoy concesionados a Ferrosur, S.A. de C.V., para eliminar las fallas e ineficiencias en las cadenas de transporte, almacenamiento y distribución", refiere el decreto publicado el pasado viernes en el Diario Oficial de la Federación.

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Carga de ida, ¿y de vuelta?

Para Yolanda Esquivel, directora general de la Asociación Mexicana del Transporte Intermodal (AMTI), un plan de conectar con el resto de la red ferroviaria también debería mirar hacia Estados Unidos y Canadá, un trazo que puede recorrerse ahora en una sola línea desde la fusión de Kansas City Southern con Canadian Pacific, y que ha llevado a alianzas para ofrecer el mismo tipo de producto, como el creado por Ferromex y United Pacific recientemente.

De no lograr una conexión con el resto de la red, se puede traducir en que el Tren Maya lleve carga a un punto, pero tenga capacidad ociosa de vuelta.

“La problemática que nosotros vemos –y que sucede en varios modos de transporte– es la carga de regreso. La parte de sureste es una zona que no produce nada. Va a ser un poco el costo mayor, de suerte tal que vas a tener que regresar los contenedores vacíos, y es un costo que se tiene”, advierte Esquivel.

Esta problemática ya ha aquejado a proyectos en la región del sureste. Un ejemplo de ello fue el Ferrocarril Chiapas Mayab, una línea corta que abarcaba la región de Tapachula y Ciudad Hidalgo, en Chiapas, con Mérida, Campeche y el Puerto de Coatzacoalcos.

En principio el proyecto fue concesionado a la compañía Ferrocarril Genesee & Wyoming, y posteriormente a Viabilis Holding, S.A. de C.V., pero tras el paso del huracán Stan en 2005 y el posterior deterioro e invasión de la vía, se dejó de operar. Pese a ello, el proyecto era financiera rentable, aunque parcialmente.

“El Ferrocarril Chiapas Mayab llegó a manejar 2 millones de toneladas hace 20 años. Era negocio, con ciertas condiciones; más bien bajaba carga en dirección sur, pero al no haber industrialización ahí, no subía carga. Era un negocio a medias, porque voy lleno y regreso vacío”, dijo Iker de Luisa, director de la Asociación Mexicana de Ferrocarriles, en una charla con ingenieros del CICM.

La rentabilidad del proyecto también dependerá de contar con la infraestructura adecuada para ello, y las velocidades posibles, que en el caso del Tren Maya será de 160 kilómetros por hora para pasajeros y 100 kilómetros por hora para carga.

“Si se trata de hacer más rentable una infraestructura, hay que ver si hay tiempos muertos, que permitan recorridos de trenes (…) Lo que importa es la velocidad promedio, los tiempos, traslados que en principio puedan ser muy competitivos”, dice Aguerrebere.

El Tren Maya está proyectado para arrancar en diciembre de este año. Las primeras pruebas del proyecto se tienen planeadas para el próximo julio, mientras que la operación arrancará con seis trenes ya probados de un total de 42 unidades.

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