Ahora, el enfoque está en la implementación de la tecnología 5G. En México, el despliegue de la red es liderado por los grandes operadores, como AT&T y Telcel. Sin embargo, una parte fundamental de la infraestructura necesaria para esta red son las antenas de telecomunicaciones, encargadas de permitir la comunicación entre dispositivos móviles. Estas antenas son fabricadas y abastecidas por Ericsson.
La fábrica de Tlaxcala
Consciente del papel crucial que desempeñarían las antenas en el desarrollo de la red 5G, Ericsson adquirió en 2019 la división de antenas y filtros de la alemana Kathrein. Esta operación incluyó una fábrica en Tlaxcala, México, que se ha convertido en una de las más importantes de la compañía a nivel internacional, abasteciendo a Estados Unidos, Canadá y Suramérica.
Dentro de esta fábrica de 36,936 metros cuadrados, las mujeres, en su mayoría madres solteras, son las protagonistas en la producción de las antenas de telecomunicaciones de Ericsson. La compañía decidió que fueran ellas quienes lideraran la planta debido a sus habilidades y atención a los detalles requeridos en el proceso de fabricación de estas infraestructuras.
Para muchas de las trabajadoras, esta fue su primera oportunidad laboral o provenían de otras industrias, lo que inicialmente supuso un desafío para ellas. Sin embargo, han aprendido y se han empoderado en cada etapa del proceso de fabricación, construyendo una red de apoyo mutuo tanto en lo laboral como en lo personal.
"Hemos construido una confianza que nos permite brindarnos apoyo cuando estamos tristes o enfrentamos problemas familiares", expresa Azucena Villordo, técnico de producto.
La fabricación de antenas de telecomunicaciones es un proceso complejo y minucioso. Comienza desde el corte y pelado de cables, pasando por pequeñas soldaduras y pruebas iniciales para verificar que el proceso se esté llevando a cabo de manera correcta, hasta llegar a la verificación del uso de energía y la transmisión de la antena en una cámara conocida como anecoica.
Aunque la tecnología avance, gran parte del proceso sigue siendo artesanal, lo que demanda habilidades específicas por parte de las trabajadoras.
“Fue todo un reto porque muchas de nosotras no tenemos los estudios para hacer esto (fabricar y revisar antenas), pero lo aprendí e incluso he tenido la oportunidad de participar en todas las áreas de la fábrica”, añade Villordo.
Nora Mejía, auditora de calidad, llegó a esta fábrica porque quería embarcarse en un campo diferente, luego de trabajar en la industria automotriz. Pero, a diferencia de su antiguo empleo, donde había procesos altamente automatizados, el montaje de las antenas de telecomunicaciones es altamente manual.
“Es muy diferente. Aquí 80% del proceso es manual y debes estar atenta a los detalles y darte cuenta cuando algo no está bien”, dice.
Las antenas de 5G
Las trabajadoras han reconocido que con la llegada del 5G, la fabricación de antenas para esta nueva generación de redes requiere una atención aún más meticulosa. La complejidad aumenta debido al ensamblaje de un mayor número de cables, lo cual conlleva la posibilidad de que, durante las pruebas en la cámara anecoica, se presenten errores que deben ser detectados y corregidos en nuestras manos.
Sin embargo, a medida que la demanda de estas antenas se incrementa, impulsada por la necesidad de conexiones más rápidas para la quinta generación de redes, Ericsson aún no ha establecido planes específicos para expandir y aumentar la producción de antenas 5G. La empresa asegura que esta decisión dependerá en gran medida de los operadores de telecomunicaciones.
Las mujeres que laboran en la planta han desarrollado una conciencia clara sobre la relevancia de su labor, no solo para ellas mismas, sino también a nivel social.
"Anteriormente, no pensaba que mi trabajo tuviera tanta importancia, pero ahora me doy cuenta de que si no ejecutamos nuestro trabajo de manera adecuada, es posible que una ambulancia no llegue a su destino debido a un mal funcionamiento de la antena, o que un familiar no pueda comunicarse en momentos críticos. Creo que ese es el impacto que tenemos, y me siento orgullosa cuando camino y veo esas antenas", compartió Vania Ortega, del departamento de calidad.