El exidirectivo, de 60 años, tuvo "como muy tarde" en julio de 2016 "conocimiento" de que se estaban instalando unos dispositivos ilegales en los modelos de la marca Audi y VW, pero sin tomar las "medidas necesarias" para interrumpir su comercialización, explicó el juez Stefan Weickert durante la lectura de la sentencia.
Siempre impugnó los hechos imputados antes de aceptar, al final del juicio, hacer una confesión completa del delito de "fraude por omisión" que se le imputaba, a propuesta del tribunal.
Si bien pudo evitar una pena que podía alcanzar hasta diez años de prisión firme, sus abogados ahora parecen querer exonerarlo de toda condena.
Los otros dos condenados que apelaron son un exdirector técnico de Audi y Porsche, Wolfgang Hatz, y su brazo derecho de Audi, Giovanni Pamio, ambos condenados a penas de prisión en suspenso con multas pecuniarias.
El tribunal tiene ahora hasta abril para motivar por escrito su fallo y transmitirlo a las partes.
El "Dieselgate" provocó un escándalo mundial y dañó gravemente la reputación de la industria automovilística alemana.
En 2015, tras unas acusaciones de la agencia estadounidense de medio ambiente (EPA), Volkswagen reconoció haber equipado 11 millones de motores del tipo "EA 189" en sus vehículos diésel con un programa capaz de hacerlos parecer menos contaminantes en los test de laboratorio y carretera.
El grupo Volkswagen tuvo que pagar desde entonces más de 30,000 millones de euros (cerca de 33.000 millones de dólares) en concepto de reembolsos, perjuicios y costas judiciales. El grueso de la suma fue en Estados Unidos.